Las autoridades consideran que la estafa puede ser una de las mayores investigadas en el país suramericano.
Osório José Lopes Júnior, de 43 años, se presentaba como un pastor evangélico y llevaba un ostentoso tren de vida en Brasil: se trasladaba con guardaespaldas en helicópteros y coches de lujo, mientras exigía pagos a sus fieles.