Jhon Janer
Quintero Espinosa siempre se ha sentido mujer y por ello su colegio, en
Bolívar, a dos horas de Cali, le permitió asistir a clases con falda, una
decisión tomada en medio del reciente debate de educación sexual en Colombia.
“La
aceptación ha sido muy grande (…) Los jóvenes lo han tomado con una gran
naturalidad, considero que es un ejemplo que da la juventud a los adultos”,
dijo a AFP Óscar Alberto Henao, rector de la Institución Educativa Manuel
Dolores Mondragón, de carácter público y donde estudia Jhon Janer, de 17 años.
A principio
de mes, miles en Colombia acudieron al llamado de la Iglesia católica de
“defender públicamente la familia” y protestaron en las principales ciudades
del país en rechazo a la revisión por parte del gobierno de los manuales de
convivencia escolar para combatir la discriminación sexual.
Los
manifestantes cuestionaron un borrador realizado por las Naciones Unidas a
pedido del ministerio de Educación, en el cual se hablaba de lesbianas, gays,
bisexuales, personas transgénero e intersexuadas (LGBTI), y al que acusaron de
promover estas orientaciones. El gobierno, finalmente, desautorizó la
publicación del documento.
La revisión
fue ordenada al ministerio por la Corte Constitucional a raíz del suicidio del
joven Serio Urrego en 2014 en Bogotá por supuesta discriminación sexual por
parte de la dirección de su colegio, un centro educativo privado de orientación
católica.
Por ese
rechazo de sectores conservadores en Colombia a los derechos de la comunidad
LGBTI, Henao considera que su escuela es un “ejemplo” por el “ambiente de
respeto” hacia Jhon Janer, quien desde hace casi dos años empezó a
identificarse como Gabriela Espinosa.
“Desde
pequeñita sentí que estaba en un cuerpo diferente, que no era mío. Inclusive,
ahora me siento inconforme con mi parte íntima, no me gusta, quisiera
cambiármela”, afirmó Gabriela.
Según la
psicóloga Sandra Trujillo, que la ha acompañado en todo su proceso de
transformación, Gabriela “estaba atrapada en el cuerpo equivocado”.
“Biológicamente es un niño, pero emocional, sentimentalmente, es una mujer”,
indicó.
A los 12
años, Gabriela le contó a su madre que le gustaban los hombres y desde los 16
empezó a vestirse como mujer. Por ello, su mamá pidió que pudiera vestir el
atuendo de las niñas.
En el
colegio, explicó Henao, primero le permitieron usar todo el tiempo el uniforme
de educación física, que consideran neutral y mixto, mientras dictaban talleres
de diversidad sexual y libre desarrollo de la personalidad a los docentes y
estudiantes para explicarles la situación.
Tras
informar a los padres de familia, el colegio fijó una fecha para que Gabriela
estrenara su uniforme femenino.
Hace tres
semanas la joven fue recibida en la escuela con aplausos y un letrero que decía
bienvenida. “Yo los respeto, como ellos me respetan a mí”, contó Gabriela,
quien sueña con estudiar diseño de modas.
“No ha
habido casos de ‘bullying’ (acoso)”, aseguró Henao, aunque admitió que algunos
padres y profesores no están de acuerdo, pero son respetuosos.
Fuente: Teletica.com
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