Las armas atómicas son "cosas
aterradoras", e incluso hablar de usarlas "debería ser un
delito", asevera el reconocido filósofo esloveno Slavoj Zizek.
"El ruido de sables y la dura
retórica" en la actual crisis nuclear en la península coreana debe
recordar a la humanidad "algo que hemos olvidado": que las armas
atómicas "son cosas aterradoras, y hablar de usarlas debería ser un tema
tabú", sostiene en un artículo para RT el reconocido filósofo esloveno
Slavoj Zizek.
El filósofo destaca "las oscilaciones
extremas en la percepción pública de la crisis coreana". Así, una semana
"nos dicen que estamos al borde de la guerra nuclear", luego hay
"una semana de respiro", y después "la amenaza de guerra explota
de nuevo", recoge.
Zizek recuerda que durante su visita a Seúl
en agosto del 2017, sus amigos le dijeron "que no existe una amenaza
significativa de guerra, ya que el régimen norcoreano sabe que no puede
sobrevivirla". Sin embargo, "ahora las autoridades surcoreanas están
preparando a la población para una guerra nuclear", apunta.
Cambio de lógica: "Cambiar el
destino mismo"
En una situación como la actual, "en
la que el apocalipsis está en el horizonte", hay que tener en cuenta que
"la lógica estándar de la probabilidad" ya no se aplica, señala el
autor del artículo, que sugiere aplicar una lógica diferente, descrita por el
filósofo francés Jean-Pierre Dupuy.
Aplicada a la crisis coreana, esa lógica
consiste en aceptar "la catástrofe" como "nuestro destino",
en vez de evaluar sus posibilidades, y ante esta aceptación, "movilizarnos
para realizar el acto que cambiará el destinomismo e insertará así una nueva
posibilidad en la situación".
En caso de la tensión coreana, lo que se
necesita es "nada menos que un nuevo movimiento antinuclear mundial, una
movilización mundial" que ejerza presión sobre las potencias nucleares y
"actúe agresivamente, organizando protestas masivas y boicoteos,
denunciando a nuestros líderes como criminales", asegura el filósofo,
agregando que incluso "la mención pública del uso de armas nucleares debe
ser tratada como un delito".
Cambio global: "Civilizar las
propias civilizaciones"
Por otro lado, más allá de esto, es
necesario "un cambio global en nuestra postura", asevera Zizek. Hasta
ahora, explica, cada cultura "disciplinaba y educaba" a sus propios
miembros y "garantizaba la paz cívica entre ellos", pero la relación
entre diferentes culturas y Estados estaba "permanentemente bajo la sombra
de una guerra potencial". Estas "salvajes relaciones bárbaras"
entre los países servían de fundamento de la vida ética dentro de un Estado.
Sin embargo, en el momento en que aceptemos
plenamente que "vivimos en la nave espacial Tierra", la tarea que se
impone con urgencia es "la de civilizar las propias civilizaciones",
de imponer "la solidaridad universal y la cooperación" entre todas
las comunidades humanas, concluye el filósofo.
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