MADRID.- La madre Teresa de Calcula,
canonizada este domingo por el Papa Francisco, es un icono occidental de la paz
y la fe con un lado oscuro del que no responde el Vaticano. Diversas
investigaciones revelan que la monja implantó en sus hogares una “cultura del
sufrimiento” de tal manera que los moribundos sólo reciben aspirinas o un
ibuprofeno ante un doloroso cáncer terminal.
Durante su vida la Madre Teresa abrió 517
misiones de acogida para los pobres y enfermos en más de 100 países. Comenzó su
misión en 1950 para atender a los “mas pobres entre los pobres” y los
moribundos. Pero sus centros son descritos como “casas de la muerte” por los
médicos que las visitaron y trabajaron en ellas en la ciudad de Calcuta, así
como por varios voluntarios.
Una investigación del doctor indio Aroup
Chatterjee, plasmada en un libro en 2003, revela cómo Teresa de Calcuta
implantó esa “cultura del sufrimiento” en los hogares de las misioneras de la
caridad, su organización, donde ataban a los niños a las camas y sólo se dan
aspirinas a los pacientes terminales.
Aún hoy estas monjas se niegan a dar
medicamentos a los enfermos por lo general, e incluso se han dado casos de
negarse a trasladarlos a hospitales ante una seria infección, como ocurrió
recientemente este verano aunque las monjas aseguren que llevan a los pacientes
que requieren cuidados especializados a centros sanitarios cercanos.
Chatterjee cotejó un centenar de
testimonios de médicos, voluntarios y escritores para concluir que la monja
llevó la simplicidad a tal extremo que permitía prácticas como la reutilización
de agujas hipodérmicas, que se lavaran sábanas llenas de heces junto a los
platos para alimentar enfermos.
Este médico indio reconoce que, tras la
muerte en 1997 de Agnes Gonxha Bojaxhiu, nombre real de Teresa de Calcuta, los
hogares gestionados por la orden comenzaron a tomarse más en serio sus
prácticas sanitarias.
En 1994, Aroup Chatterjee recibió el
encargo de ayudar en un documental crítico de Channel 4, de la BBC, titulado El
ángel del infierno (“Hell’s Angel: Madre Teresa”, 1994), presentado por el
escritor y periodista Christopher Hitchens.
En su libro posterior La postura del
misionero: Madre Teresa en teoría y práctica (‘The Missionary Position: Mother
Teresa in Theory and Practice’, 1995), el periodista Hirchens, ya fallecido,
revela que Teresa de Calcula tenía menos interés en ayudar a los pobres y
enfermos que en dedicar sus esfuerzos a la expansión de sus creencias
fundamentalistas de la Iglesia católica y romana.
Ella respondió así a las críticas del
Hirchens: “Hay algo hermoso en ver a los pobres aceptar su suerte, sufren como
la Pasión de Cristo. El mundo gana mucho de su sufrimiento”.
Defendía que “el mundo gana con el
sufrimiento de los pobres”, pero ella fue a un hospital moderno de EEUU cuando
requirió cuidados paliativos.
NO
TAN SANTA
Los tres investigadores recopilaron 502
documentos sobre la vida y obra de la Madre Teresa, y analizaron el 96% de la
literatura sobre la fundadora de la Orden de las Misioneras de la Caridad (OMC).
Según la investigación, dos tercios de las
personas que acudieron a las casas de la orden de Madre Teresa esperaban
encontrar atención médica, mientras que el otro tercio sólo esperaba encontrar
una muerte en mejores condiciones. Lo que se encontraron los doctores fue una
gran falta de higiene, unas pésimas condiciones de atención, alimentación
inadecuada y una importante falta de analgésicos.
No obstante, el problema no era la falta de
dinero, pues la Fundación creada por la propia Agnes Gonxha había recaudado
cientos de millones de dólares. Más bien el problema resultó ser su particular
concepción cristiana sobre el sufrimiento y la muerte.
Teresa de Calcuta no mostró ningún tipo de
reparo en aceptar una beca de millones de dólares del dictador Duvalier en
Haití ni en aceptar la Legión de Honor. La millonaria suma fue transferida
cuentas bancarias de la Orden de las Misioneras de la Caridad. Pero ella sólo
envió oraciones a la India.
Ante estos hechos, el profesor Larivée se
pregunta: “Teniendo en cuenta la gestión parsimoniosa de las obras de caridad
de la Madre Teresa, uno puede cuestionarse dónde se han ido los millones de
dólares que iban para los más pobres de los pobres”.
Después de su muerte, en el momento en el
que el Vaticano decidió santificarla, le atribuyeron dos supuestos milagros: la
curación del brasileño Marcilio Andrino y de la india Mónica Besra. Está última
dijo que después de que Teresa de Calcuta le colocara una medalla se esfumó su
dolor abdominal. Sin embargo, lo que la Iglesia consideró “milagro” varios
médicos aseguraron entonces que fueron medicamentos y drogas los que hicieron
desaparecer el dolor del quiste de ovario y la tuberculosis que sufría.
Esta es una de las tantas señales de que
Jesucristo esta a la puerta, de mas esta decir que solo Cristo es el único
santo, y él es el único camino para llegar al Padre.
Aquí el vídeo para que saque sus propias
conclusiones:
Fuente: Público.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.