Cada
año, cientos de niños en Uganda son secuestrados y asesinados, como parte de un
negocio de sacrificio humano. Hay un pastor cristiano que está luchando contra
esto, él se une a la policía y a los políticos, para detener esta práctica
brutal. Advertimos que hay extractos perturbadores. A continuación, la historia
exclusiva desde Uganda.
Es
poco después de las 2 de la mañana.
A
una hora de distancia al sur de Kampala.
CBN
News se unió a detectives encubiertos, la policía y un pastor… buscando a un
brujo acusado de secuestrar y matar niños.
“Los
brujos creen que cuando secuestras un niño recibes riqueza y protección”, dice
Peter Sewakiryanga, del Ministerio de cuido de niños Kyampisi.
Peter Sewakiryanga dirige la búsqueda. Él
lidera el ministerio Kyampisi, un esfuerzo cristiano para eliminar sacrificios
infantiles en Uganda.
Él describe la brutalidad del ritual de los
brujos.
“Cuando
obtienen al niño, muchas veces cortan su cuello, extraen la sangre, quitan el
tejido, cortan los genitales o cualquier otro órgano que desean darle a los
espíritus”, indica Sewakiryanga.
Pocas horas después, el rastro del asesino
desaparece.
El pastor dice que estos horrendos crímenes
suceden casi todos los meses.
“Hay
muy pocos que logran sobrevivir, muchos de ellos mueren”, dice Sewakiryanga.
“Tenía
altas expectativas para Clive”, comenta Rachel Kaseggu, su hijo fue asesinado
en un sacrificio infantil.
El
hijo de Rachel Kaseggu, Clive, de solo tres años, desapareció el 2 de junio de
2015, cuando jugaba en el patio de su casa.
“Eran
como las 10 de la mañana cuando nos dimos cuenta de que no estaba en ninguna
parte", comenta Kaseggu.
CBN
News conoció a Kaseggu el día que la policía le dijo sobre lo ocurrido.
“Ni
siquiera había oído del sacrificio infantil, no sabía qué significaba eso”,
indica Kaseggu.
El detective Emmanuel Mafundo nos llevó al
lugar, cerca de la casa, donde encontraron los restos de Clive en una letrina
llena de heces humanas.
Mafundo
dice que el sospechoso clave resultó ser un vecino, un empresario adinerado,
que al parecer contrató 2 hombres para secuestrar y mutilar el niño, pensando
que le traería “buena suerte” en su nuevo proyecto hotelero.
El
detective dice que el sospechoso pagó el equivalente a 14 mil dólares por la
vida de Clive.
“¡Me
parece tan extraño que alguien, por superstición pueda sacrificar a un niño de
tres años!”, comenta Emmanuel Mafundo, superintendente de la policía de Uganda.
Hoy,
el sacrificio infantil en Uganda es tan serio y generalizado que el gobierno
incluso ha creado una fuerza de trabajo contra el sacrificio infantil y el
tráfico humano.
El
investigador principal dice que además de decapitaciones, los brujos usualmente
cortan la lengua del niño y la mezclan con hierbas para tener poderes.
“Se
cree que la lengua calla a los enemigos”, indica Moses Binoga, Fuerza contra el
sacrificio infantil.
Mike
Chibita, es el más alto oficial de la policía, el equivalente a un fiscal
general. Él dice que la superstición y el deseo por el dinero fácil contribuyen
a los altos índices de sacrificios infantiles en su país.
“Estos
brujos vienen y les dicen a las personas que desean enriquecerse, que para
hacerlo, necesitan el sacrificio de sangre humana”, dice Chibita.
Los
mejores amigos Kanani Nankunda, George Mukisa y Allan Ssembatya tienen la
suerte de estar vivos, pero cargan las cicatrices físicas y emocionales de su
pasado… los tres son sobrevivientes del ritual.
Hace algunos años, Kanani y su hermana de 7
años fueron atacados. Él tiene una cicatriz de 25 centímetros en la parte de
atrás del cuello, donde un brujo trató de extraer su sangre.
“Me
desmayé y al recobrar la consciencia, vi que mi hermana había muerto y no tenía
cabeza”, indica Nankunda.
Dos
hombres atacaron a Allan cuando volvía de la escuela.
“Traté
de gritar por mis padres, pero mi voz no fue tan fuerte como para que me
oyeran”, dice Ssembatya.
Lo hirieron en el cuello, cortaron su cabeza
con un machete y lo castraron. Allan estuvo en coma dos meses al ser rescatado
milagrosamente.
La
mamá de George, lo encontró en un charco de sangre, después que un hombre lo
castró con un cuchillo desafilado. Médicos reconstruyeron sus genitales con
piel de su antebrazo.
Los
niños dicen que se motivan a ver más allá de sus retos físicos.
“Dios
nos ayuda de muchas maneras. Cuando pensamos en lo que nos ocurrió, solo oramos
y le pedimos a Dios que no le pase a nadie más”, comenta Ssembatya.
Los
tres están bajo el cuidado del pastor Peter.
El
ministerio de cuido de niños Kyampisi es el único en el país que provee cuidado
financiero y médico, a largo plazo, para los sobrevivientes.
“Queremos
ver que la vida de los niños que han sobrevivido es apoyada, que son capaces de
levantarse socialmente y sanarse de las heridas. Que puedan tener una vida
después de eso”, comenta Sewakiryanga.
Rachel
Kaseggu dice que la vida sin Clive no será la misma. Pero, tiene un mensaje
para los hombres que asesinaron brutalmente a su hijo de tres años.
“Por
mi fe en Jesús, creo en segundas oportunidades y se las daré a ellos porque no
puedo hacer nada para recuperar a Clive. Mi mensaje a los hombres es: Confiesen
sus pecados y acérquense al Señor, porque cuando uno se acerca al Señor, ¡Él
perdona sus pecados!”, dice Kaseggu.
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