RT | "Es
desagradable explicar a nuestros hijos que no solo nosotros estamos en guerra,
sino que ellos también lo estarán", pero es muy importante decirles la
verdad: "que nuestros enemigos reales, que de verdad quieren matarnos y
destruir nuestra civilización, no vienen directamente de las páginas de sus
libros de cuentos", sostiene en su nuevo artículo el historiador militar
Eliot A. Cohen.
Cohen
recuerda un artículo que escribió para 'The Wall Street Journal' semanas
después de los ataques del 11 de septiembre en el que evocaba una "Cuarta
Guerra Mundial".
"La
Guerra Fría fue la Tercera Guerra Mundial, lo que nos recuerda que no todos los
conflictos globales implican el movimiento de los Ejércitos de millones de
personas, o las tradicionales líneas del frente en un mapa. La analogía con la
Guerra Fría, sin embargo, sugiere algunas características clave de ese
conflicto: que es realmente mundial; que implica una mezcla de esfuerzos
violentos y no violentos; que requerirá la movilización de habilidad,
experiencia y recursos, si no de un gran número de soldados; que puede
prolongarse durante mucho tiempo; y que tiene raíces ideológicas", rezaba
aquel artículo, cuyo autor fue criticado por su negativa a "hablar de
nuestros enemigos islamistas como si fueran los 'los equivalentes en el mundo
real de Lord Voldemort de JK Rowling, Sauron de Tolkien, o la Bruja Blanca de
CS Lewis', es decir, los malvados sin nombre que hacen el mal por el gusto de
hacer el mal".
Subestimación
persistente del enemigo
Mientras
tanto, los franceses, "después de haber sido golpeados por segunda vez, y
de forma más dura, por los islamistas", ya dicen bastante abiertamente que
se trata de una guerra, indica el analista, recalcando que, de hecho, "así
es".
Cohen
explica que los criminales comunes actúan para obtener ganancias ilícitas o
bien por "sadismo tonto", mientras que el Estado Islámico, si bien
perpetra sus atracos y extorsiones y también es sádico, "no es estúpido,
sino consistente y muy inteligente".
"Esos
asesinos y terroristas suicidas son personas valientes; están bien organizados
y capacitados y tienen en mente un fin político real, aunque nos parezca
loco", argumenta el experto.
Los líderes
occidentales "se engañan a sí mismos y tratan de engañarnos a nosotros
cuando afirman que los islamistas están siendo 'contenidos', por no decir que
están 'perdiendo'", opina el autor, explicando que uno de los mayores
fracasos de la administración estadounidense durante los últimos siete años
consiste en la "persistente subestimación del enemigo, hasta el punto de
no tomarlo en serio".
"Sin
embargo, la administración no es el única", prosigue Cohen, citando la
reciente declaración del ministro del Interior británico, que dijo que
"los ataques [de París] no tienen nada que ver con el islam".
"Tonterías.
Sí que tienen que ver: un elemento afortunadamente minoritario, vicioso,
apocalíptico del islam, por supuesto, pero islam, al fin y al cabo",
afirma el historiador.
Al
contrario de lo que el presidente de EE.UU. y su equipo han afirmado, el
enemigo "está muy bien", sostiene Cohen, que explica que "la
guerra civil siria está sirviendo de campo de entrenamiento a miles de reclutas
para la causa yihadista", mientras que los campos de refugiados, "con
cientos de miles de niños desplazados, maltratados y traumatizados, ofrecen una
reserva ilimitada para relevarlos en los años venideros".
"La
civilización occidental no puede llegar a comprometerse con la dura realidad de
la guerra, apostando por gestos inútiles de simpatía: primero con 'je suis
Charlie' y ahora iluminando edificios con los colores franceses", lamenta
el autor.
"Bonito,
por supuesto, pero lo bonito no gana guerras", agrega.
¿Cómo ganar
esta guerra?
"Comencemos
con la paciencia: puede que esta guerra continúe durante el resto de mi vida y
la de mis hijos", escribe Cohen en su artículo, publicado en 'The American
Interest'.
"Si un
día [los terroristas] adquieren armas de destrucción masiva (lo que les
gustaría), podrán e irán a matar a miles y decenas de miles de personas, en vez
de a decenas y cientos", agrega el historiador.
Otra cosa
que deberíamos hacer es, según Cohen, "entender la ideología o, más bien,
las ideologías de nuestros enemigos".
Aunque el
Estado Islámico nació como una rama de Al Qaeda, difiere con este grupo
"en sus tácticas, sus pavorosos métodos, su disposición a la hora de matar
a otros musulmanes y en su concepto estratégico general".
"Hasta
que los funcionarios del Gobierno puedan discutir estos temas abiertamente,
estaremos condenados a una estrategia que consiste principalmente en bombardeos
terapéuticos que aliviarán temporalmente la picazón, pero que dejarán las
heridas supurantes", asevera Cohen.
Por último,
el historiador aconseja dejar de lado "los circunloquios".
"Los
'extremistas violentos' son, de hecho, los islamistas. No pretendemos
'llevarlos ante la justicia' o 'sacarlos del campo de batalla', sino más bien
capturarlos o matarlos", señala el analista, advirtiendo que habrá que
"matar a muchas personas —miles, no cientos— antes de quebrarle la médula
al Estado islámico y a sus movimientos afines".
"Para
ello necesitamos un plan a largo plazo, no para 'contener', sino para
aplastarlos", indica el experto, que pronostica que será un proceso
"largo, sangriento y costoso".
"Mis
críticos estaban equivocados. Era la Cuarta Guerra Mundial en 2001. Es la
Cuarta Guerra Mundial hoy. Y muy posiblemente será la Cuarta Guerra Mundial
para más de los mañanas que cualquiera de ellos o yo podamos ver",
concluye el historiador.
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