ETIOPÍA.-
Algunos cristianos en Etiopía caminan cuatro horas para asistir a un culto en
la iglesia más cercana. El problema se vuelve aún peor, porque el país está
pasando por una hambruna y la sequía cada vez es más pronunciada que ha hecho
que muchos dejen de ir a la iglesia por falta de fuerzas.
“Muchos
creyentes ya no tienen la fuerza para caminar tres o cuatro horas para asistir
a la iglesia más cercana”, dijo el padre Gabriel Haile Meleku, vicesecretario
general de la Conferencia Episcopal de Etiopía.
Según el hambre está llegando a más y más
gente. “La situación está empeorando drásticamente. Las personas que están en
riesgo ahora son ya dos millones más que el mes pasado, y ese número puede ser
aún mayor de lo estimado”.
La Fundación
de Ayuda a la Iglesia Necesitada, de la Iglesia Católica, donó más de 1.2
millones de euros para el trabajo en Etiopía y para ayudar a las 13 diócesis
del país para hacerle frente a la sequía extrema que afecta al país. Este año
la contribución debe ser mayor con el fin de ayudar a más de 10 millones de
ciudadanos etíopes en riesgo de muerte.
Huyendo de
la sequía y la hambruna, los etíopes están migrando internamente a zonas menos
afectadas por problemas climáticos. Esto ha causado varios problemas,
incluyendo que los niños no vayan a la escuela, además del riesgo de causar
conflicto con los etíopes que ya residen en el lugar por la llegada de
migrantes.
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