Un total de
nueve familias indígenas de la etnia tojolobal integradas por nueve hombres, 10
mujeres y 14 niños fueron expulsadas por los católicos de la comunidad Leyva
Velázquez, municipio de Las Margaritas (Chiapas),
La nueva
agresión en esta región de México fue encabezada por las autoridades ejidales y
los líderes religiosos, después de que en la comunidad decidieran echarlos el
lunes pasado tras celebrar una asamblea en la que participó toda la población.
Además de
marchar contra ellos armados, momento en que huyeron, los católicos prendieron
fuego a cinco de sus casas.
La
madrugada del pasado martes los hombres, mujeres y niños expulsados llegaron al
auditorio municipal de Las Margaritas donde fueron alojados provisionalmente
por las autoridades locales
El portavoz
de la Coordinación de Organizaciones Cristianas Luis Herrera ha explicado que
desde mediados del año pasado los indígenas evangélicos de la Iglesia Renovación
en Cristo “La Dulce Presencia de Dios” comenzaron a ser hostigados sin motivo
justificado –salvo su “fe diferente”- por los líderes del ejido Leyva
Velázquez, municipio de Las Margaritas
HISTORIA DE LA AGRESIÓN
El
detonante surgió en el ejido vecino de La Florida, donde un miembro de la
iglesia fue acusado de estar involucrado en un asesinato, motivo por el que fue
detenido.
A raíz de
esta situación, los líderes del ejido Leyva Velázquez exigieron a los
evangélicos de esta localidad que renunciaran a su fe, algo que rechazaron,
levantándose entonces la amenaza.de ser expulsados.
El lunes
pasado cumplieron la amenaza. Una turba armada marchó contra los hogares
evangélicos, que al verlo escaparon hacia la cercana montaña.
Mientras
veían de lejos arder cinco de sus hogares, los hombres, mujeres y niños
recorrieron el monte huyendo, y tras largas horas de caminata, llegaron
hambrientos, sedientos y muertos de frío a la cabecera municipal donde pidieron
ayuda a la Delegación de Gobierno y el Ayuntamiento.
Fueron
alojados provisionalmente en el Auditorio Municipal donde se encuentran a la
espera de que intervengan las autoridades y traten con los católicos que los
expulsaron de su comunidad.
Al lugar
llegó la delegada de gobierno Antonieta Ruiz Suárez con una Brigada de la
Jurisdicción Sanitaria con dos médicos y tres enfermeras para brindar a los
desplazados atención médica y comida. También ordenó que fuesen trasladados a
la Casa del Deporte por ser más adecuada para darles refugio temporal mientras
se busca solución al problema.
Fuente:
Protestante Digital
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