Parece que
la película ‘San Andreas’, en la que aparece el actor Dwayne ‘The Rock’
Johnson, no se aleja de la realidad. La falla de San Andrés, que atraviesa el
estado de California, está “cargada y lista para temblar”, según aseguró Thomas
Jordan, director del Centro Sísmico del Sur de California, en el discurso
inaugural de la Conferencia Sísmica Nacional que se está celebrando en Long
Beach.
Un informe del Servicio Geológico de Estados
Unidos en 2008, advirtió que un terremoto de magnitud 7.8 en el sur de la falla
de San Andrés podría causar más de 1.800 muertos, 50.000 heridos y 200.000
millones de dólares en daños materiales.
Los
análisis de las placas tectónicas indican que cada 100 años estas se agrupan
por una serie de sacudidas sísmicas, lo que provoca que se le libere parte de
la fuerza a la que están sometidas las fallas. San Andrés ha ido acumulando
demasiada tensión, sin descanso, durante más de un siglo.
Jordan
advirtió a California la importancia de producir nuevos planes de emergencias y
resistencia, ya que es muy probable que, en un futuro muy próximo, ocurra un
terremoto de magnitud 8.
“Actualmente, las consecuencias serían mucho
mayores destruyendo edificios y provocando la pérdida de servicios
fundamentales como el agua, la electricidad o el transporte”, señala a BBC
Mundo Jennifer Andrews, sismóloga del Instituto de Tecnología de California.
Si esto es
cierto, el sur de California temblaría unos dos minutos y afectaría,
especialmente, a los valles de Coachella y Antelope, así como al área de Inland
Empire. Tampoco se libraría Los Ángeles, la segunda ciudad más poblada de
Estados Unidos.
La última
vez que se produjo un terremoto en esta falla fue en 1957, un temblor de 7,9
grados en la escala de Richter que resquebrajó unas 185 millas (cerca de 280
kilómetros), entre el Condado de Monterey y las montañas de San Gabriel cerca
de Los Ángeles. “Desde entonces ha estado demasiado tranquila”, afirmó Jordan
en Los Ángeles Times.
Ojo al extremo sur de la falla
De las dos
partes en las que está dividida la falla de San Andrés, los científicos están
más pendientes de la sección sur, una zona en la que no se ha producido un
sismo en casi 300 años, aunque los registros geológicos indican que es la causa
de un gran terremoto cada 150 años.
“La
información con la que trabajamos los científicos indica que el extremo sur de
la falla de San Andrés es en la que es más probable que se produzca un gran
terremoto en los próximo 30 años”, continúa Andrews.
Los últimos
grandes sismos que sacudieron California fueron el de Northridge (6,7 grados),
en 1994, que dejó 57 muertos en el área de Los Ángeles, y el de Loma Prieta
(6,9 grados), que se cobró la vida de 67 personas en San Francisco en 1989.
Más seguridad, menos víctimas
El remedio
para evitar cifras elevadas de muertos es un sistema de alertas de terremotos
eficaz, como los que han creado en Japón o en México. Estos controles permiten
avisar a las autoridades y la población de la llegada de un temblor con hasta
40 segundos de antelación
“Nuestros
sistemas de alerta de terremotos deberían ser mejores. No tenemos sensores en
todos los sitios en los que son necesarios. No tenemos una infraestructura
robusta”, establecía Peggy Hellweg, responsable de operaciones del Laboratorio
Sismológico de Berkeley, en el norte de California.
La falla de
San Andrés es una de las más temidas y peligrosas del mundo. Se extiende por
1.300 kilómetros desde el norte al sur de California y divide la placa
Norteamericana de la del Pacífico.
Fuente:
lainformacion.com
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