El Estado
Islámico, por su acrónimo árabe Daesh, -denominación que el grupo yihadista
aparentemente detesta, ya que se corresponde con las siglas en ese idioma de
Estado Islámico de Irak y Levante, el anterior nombre que se daba a sí mismo-,
acaba de lanzar a las redes otra atroz ejecución. Esta vez las víctimas son 10
cristianos, entre ellos el director del Consejo municipal de la iraquí al-Sada.
Mientras
más de 100.000 que profesan esta religión han tenido que huir desde el pasado
año de Mosul, la segunda ciudad de Irak, y mientras los yihadistas han ocupado una superficie dos o tres veces más grande
que Bélgica en el citado país y en Siria, sigue la masacre de quien no
comulga con su religión.
El
arzobispo auxiliar de Kirkuk y de Sulamaini de los Caldeos, monseñor Yousif
Thomas Mirkis, poco puede hacer en el lugar más que esconder a los cristianos
en escuelas e iglesias. Pero su caza es implacable.
«Empezaron a pedir impuestos especiales a los
cristianos, y los fanáticos marcaron con un nuun (ن) en árabe, que significa
'nazarenos', sus casas, que empezaron a desvalijar».
Pocos
logran huir, como los desventurados del vídeo que mueren abatidos a tiros en el
norte de Baghdad, vestidos esta vez de
azul, y no con el típico uniforme naranja a que nos tienen acostumbrados.
Fuente:
InfoCatolica
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