La cifra de muertos por un alud de lodo y piedras en el noroeste
colombiano se elevó el viernes a 88 con el hallazgo de cuatro cuerpos,
informaron las autoridades.
El director de la estatal Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de
Desastres, Carlos Iván Márquez, explicó telefónicamente a The Associated Press
que de las 88 víctimas fatales, 56 ya fueron identificadas.
La avalancha se produjo por una crecida del río de la quebrada La
Liboriana en el amanecer del lunes en la población de Salgar, en el
departamento de Antioquia y a 265 kilómetros al noroeste de Bogotá. El jueves
hubo, en el municipio, un sepelio colectivo de 33 de los muertos.
Según Márquez, por ahora hay 322 familias damnificadas por la tragedia,
es decir, unas 1.200 personas.
El funcionario aseguró que en los próximos días habrá más sepelios
colectivos en Salgar.
No está claro aún cuántas personas permanecen desaparecidas, pero las
autoridades han dicho que las posibilidades de hallarlas con vida son mínimas.
César Urueña, jefe de socorro nacional de la Cruz Rojas colombiana, ha dicho
que los desaparecidos son entre 50 a 80 personas.
En medio de la tragedia, ha llamado la atención el caso de un perro que
el miércoles fue salvado por un grupo de policías cuando era arrastrado por las
caudalosas aguas del río. Estaba prácticamente muerto. Uno de los policías,
Edison Amaya, le dio respiración con su propia boca y cuando el animal
reaccionó, le aplicó una inyección intravenosa de suero.
Amaya relató el viernes que hasta el propio director de la policía,
general Rodolfo Palomino, se interesó por la historia y bautizó al perro
"Príncipe", que ha pasado a ser mascota del agente. Y lo acompaña a
todos lados, contó a la AP el policía, de 23 años.
La de Salgar es tal vez la mayor tragedia en Colombia desde el terremoto
que en 1999 sacudió a la ciudad de Armenia y dejó más de 1.000 muertos.
El presidente Juan Manuel Santos ha prometido reconstruir las viviendas
perdidas y proporcionar refugio y asistencia a los afectados.
La accidentada orografía de Colombia, en una zona con actividad sísmica
en el extremo norte de los Andes, combinada con las precarias construcciones
hacen del país uno de los más propensos a los desastres en Latinoamérica.
Más de 150 catástrofes lo han sacudido en los últimos 40 años, las
cuales han cobrado más de 32.000 vidas y afectado a más de 12 millones de
personas, según el Banco Interamericano de Desarrollo.
INFOBAE
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