RT | Los
siete extranjeros y el indonesio ejecutados por tráfico de drogas por el
Gobierno de Indonesia se negaron a que les vendaran los ojos y entonaron cantos
religiosos durante el fusilamiento, ha contado una testigo de la ejecución.
Los
ejecutados (cuatro ciudadanos nigerianos, dos australianos, un brasileño y un
indonesio) justo antes de morir miraron a los ojos a sus verdugos, 12 efectivos
de un pelotón de ejecución. De acuerdo con Rob, el marido de Christie
Buckingham, la pastora que acompañó a uno de los australianos en sus últimos
momentos, los condenados se comportaron "con fuerza y dignidad hasta el
final".
"Me
contó que los ocho salieron al campo de ejecución entonando cantos de
alabanza", cita 'Daily Mail' la entrevista que Rob Buckingham concedió a
la emisora australiana 3AW. Antes de ser ejecutados, todos condenados fueron
atados a postes.
Al amanecer
sus cuerpos fueron colocados dentro de ataúdes y devueltos a Cilacap, la ciudad
portuaria desde la que se accede a la isla de Nusa Kambangan, donde el 28 de
abril tuvo lugar la ejecución. Los familiares de los condenados ya han recibido
sus restos mortales para enterrarlos.
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