(Libertad Digital/Javier Lozano) El Estado Islámico
arrasa allá por donde pasa. Destruye, quema, mata...Y si las víctimas son
mujeres, ya sean niñas o adultas, aún puede ser peor. Ser esclava sexual. Ser
violada repetidamente, decenas de veces cada día, por los yihadistas o ser
vendidas al mejor postor. Incluso el grupo islamistas publica los precios a los
que venden a las mujeres que capturan.
Estas mujeres son en la mayoría de los casos
pertenecientes a minorías religiosas como cristianas o yazidíes, muchas de
ellas niñas que no superan los diez años. Una barbarie contra la que Occidente,
de momento, no quiere enfrentarse y la que mira de reojo avergonzado sabiendo
que en un futuro será recordada la cobardía de una generación que no luchó
contra la barbarie más absoluta.
Sin embargo, hay personas que han decidido hacer algo
aunque les hayan podido tildar de locos. Es el caso de un empresario que ha
dicho basta ante el horror que llega de Siria e Irak a través de la televisión
e internet. Su nombre es Steve Maman, un judío canadiense, que se ha lanzado a
rescatar a niñas y mujeres esclavas del Estado Islámico sacándolas de un auténtico
infierno en vida.
Este empresario cita a Óscar Schindler, el empresario
que salvó a cientos de judíos de los nazis y que reflejó Steven Spielberg en La
lista de Schindler, como su inspiración a la hora de jugarse todo o nada por
salvar a los más débiles y olvidados.
Él era uno más de las decenas de millones de personas
que veían a través de los informativos la indefensión de los cristianos ante el
Estado Islámico y dijo basta. Hizo contactos en Irak para negociar la
liberación de las niñas y al instante comenzó a recaudar dinero para seguir
liberando a muchas más. De momento son más de 120 las niñas que ha salvado y ha
logrado devolver a sus familias. Pero para Steve Maman, es una cifra muy
pequeña por lo que ha abierto una web para seguir recaudando dinero y rescatar
a más de 3.000 cristianas y yazidíes que actualmente son esclavas sexuales.
Tal y como él mismo relata, un día viendo las brutales
imágenes en televisión «me dije a mi mismo: no puedo quedarme con los brazos
cruzados. No voy a seguir viendo los informativos y permanecer sin hacer nada».
Ante la situación que se está viviendo, este
empresario judío reflexiona que «el precio de la vida de un niño para
quitárselo de las manos al ISIS está entre los 1.000 y los 3.000 dólares.
Nosotros, como consumidores ávidos, gastamos ese dinero en aparatos y
herramientas. ¿Por qué no gastar ese dinero para salvar una vida?».
El horror que cuenta va más allá y recuerda que
«algunas de estas niñas tienen tan sólo ocho años de edad. No sólo están a
merced de los combatientes, sino también del resto de hombres que residen en
Mosul, hombres de distintas edades, en algunos casos mayores de 60 años. Las
violaciones, el abuso y la brutalidad que sufren en manos de sus captores van
más allá de la imaginación».
Para más inri, Steve Maman añade que «hay muchos
informes que dicen que los captores han decapitado a niñas y mujeres inocentes
que se negaron a realizar ciertos actos sexuales» así como «adolescentes
vendidas a burdeles para ser violadas hasta 30 veces al día».
Ante todo lo relatado, el empresario canadiense se
decidió a actuar. «Nada es imposible», se dijo. Y se preguntó sobre Oskar
Schindler y lo que la gente opinaría en su momento sobre su intención de salvar
judíos dentro del III Reich.
A través de su página Liberation Iraq Christian &
Yazidi ya ha recaudado más de 360.000 dólares y tiene como objetivo llegar a
los dos millones. Con ellos cree que podrá rescatar a más de 3.000 mujeres y
niñas actualmente en manos de los yihadistas. Hasta ahora, consiguió rescatar a
las cristianas y yazidíes con las donaciones realizadas por otros empresarios
judíos a los que pidió ayuda. Actualmente, está intentando involucrar en su
proyecto a los católicos y todos juntos empezar a cambiar el mundo.
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