Una mujer jainista de 78 años que dejó de comer para prepararse para el sallekahana en el 2008. (Foto: AFP) |
BBC | Para los jainistas, seguidores de esta
antigua religión india, el sallekhana o santhara es visto como la mejor manera
de borrar todos los pecados y el karma, la liberación del alma del ciclo de
nacimiento, muerte y renacimiento.
Sallekhana
es un ritual rápido hacia la muerte que los jainistas ven como la
"culminación de la vida como ascetas".
Insisten en
que no es un suicidio. Pero ¿debería el gobierno indio permitir esta práctica?
Un tribunal
falló que ninguna práctica religiosa puede permitir que uno se quite la vida,
lo que desató protestas.
El ayuno del final de tu vida
El jainismo
es una de las religiones más antiguas del mundo y los monjes llevan una vida de
extrema austeridad y renuncia.
"Hay
que entender que para nosotros la muerte está llena de emoción", le
explicó una monja jainista al historiador británico William Dalrymple para su
libro Nueve vidas.
"Adoptas
el sallekhana no por desesperación con tu antigua vida, sino para ganar y
alcanzar algo nuevo. Es tan emocionante como visitar un nuevo paisaje o un
nuevo país: nos sentimos entusiasmados ante una nueva vida, llena de
posibilidades", agregó.
"El
suicidio es un gran pecado, el resultado de la desesperación. Pero sallekhana
es el triunfo sobre la muerte, una expresión de esperanza... Con el suicidio,
la muerte está llena de dolor y sufrimiento. Sallekhana es una cosa hermosa. No
hay ninguna señal de angustia o crueldad", insiste.
Pero un
tribunal de la India no lo ve así.
¿Hay en la práctica incitación al suicidio?
A
principios de este mes, en respuesta a una petición de interés público
interpuesta hace nueve años por un abogado, el Tribunal Supremo del estado
norteño de Rajastán dictaminó que las autoridades deben tratar esta práctica
centenaria como intento de suicidio y su incitación algo punible con arreglo a
la legislación india.
La eutanasia también está prohibida en el país.
Los jueces
dijeron que ninguna práctica religiosa puede permitir que uno se quite la vida.
El tribunal solicitó al Estado "detener y abolir" la práctica
conocida como sallekhana.
"Cualquier
denuncia realizada a este respecto será registrada como un caso criminal e
investigada por la policía", advirtieron los jueces.
Este
planteamiento ha suscitado inquietud entre esta comunidad.
"Es renunciar al mundo sin rencor"
Poonam
Chand Bhandari, un abogado que profesa el jainismo, presentó una apelación
contra la sentencia argumentando que la práctica es un "modo sublime, puro
y prístino de renunciar al mundo sin ningún tipo de rencor hacia nadie".
"No es
ni la autodestrucción, ni se trata de una muerte forzada. La muerte es
inevitable; es una verdad universal. En caso del santhara, hay un propósito
espiritual, que es para la autopurificación, para la autorealización y para la
elevación del alma", explica Bhandari.
Se calcula
que unos 300 jainistas mueren anualmente en India en esos ayunos y sus muertes
suelen ser celebradas públicamente la comunidad.
Según el
periódico Times of India, cerca de 400 jainistas optaron por la práctica de
sallekhana en dos barrios de la ciudad occidental de Bombay en los últimos
siete años.
Hay más de
4 millones de jainistas en la India, la mayoría en los estados de Rayastán,
Guyarat, Madhya Pradesh y Karnataka.
Según
Bhandari, la mayoría de los miembros de la comunidad que ayunan hasta la muerte
están en edad avanzada y a menudo sufren de enfermedades.
Su propia
madre, dice, dejó de comer y beber agua y murió en paz a los 86. Pero la monja
del vívido relato de Dalrymple, contó que su amiga decidió tomar sallekhana a
los 36 años después de caer enferma, primero con tuberculosis y luego con
malaria.
El ayuno es
algo común en otras religiones, los musulmanes no comen ni beben durante el mes
sagrado del Ramadán, los cristianos ayunan durante la Cuaresma, los judíos no
comer durante el Yom Kipur y los hindúes ayunan en varias ocasiones. Pero en
ninguna de las religiones se ayuna hasta la muerte por inanición.
Los
opositores al sallekhana dicen que esta práctica es una violación fundamental
de la Constitución india, que garantiza el derecho a la vida, pero no la
muerte. Entonces, ¿la práctica tiene ningún lugar en la sociedad moderna?
Shekhar
Hattangadi, que hizo un documental sobre el tema, señala que la polémica es un
reflejo del conflicto entre las leyes penales de la época colonial y su
sociedad basada en la fe. "El concepto de suicidio asociado con la
religión es algo repugnante para los anglosajones de Occidente, cuyas creencias
judeo-cristianas que denuncian este tipo de actos como la antítesis de los
principios morales y éticos propugnados por el cristianismo", escribe.
Otros como
el académico Pratap Bhanu Mehta se hacen eco de un sentimiento similar.
Mehta
considera que el fallo del tribunal "va en contra de la identidad de una
religión cuyo principio fundamental es la reverencia a la vida y es una
práctica cuyo daño, en la mayoría de los casos, no es evidente".
Ley contra religión
Mehta
señala que los jainistas necesitan una conversación sobre las condiciones en
las que debe permitirse santhara.
Pero el
Estado, argumentó, no puede referirse sólo a la muerte.
"Una
cosa es que el Estado proteja la vida y promueva la justicia. Otra, abordar las
distintas formas en las que puede ser interpretado el significado de la vida y
la muerte. Por desgracia, el dictamen justo hace eso", dijo.
Los
jainistas seguramente estarían de acuerdo con el escritor japonés Haruki
Murakami.
"La
muerte no era todo lo contrario de la vida", escribió. "Ya estaba
aquí, dentro de mi ser, siempre había estado allí y ninguna situación me
permitiría olvidar eso".
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