EEUU.- Con
el avance tecnológico los juegos de consola como el PlayStation 4 se han
popularizado, pero ahora el Rapto de la Iglesia llamó a tanto a los creadores
de este tipo de juegos que crearon uno llamado “Everybody’s Gone to the
Rapture” -Todo el mundo se ha ido en el Rapto-.
En “Todo el
mundo se ha ido en el Rapto”, muchas de las normas establecidas del medio en el
video juego es que no hay ninguna acción. No hay personajes para interactuar.
No hay
listas de tareas para completar. Usted es un personaje no identificado que
explora la ciudad británica de Shropshire después de un evento apocalíptico que
no fue una guerra nuclear o una batalla entre las fuerzas del bien y del mal.
Es más como el concepto cristiano del “Rapto”.
La Biblia
dice que cuando llegue el final sólo quedarán en la Tierra los malvados: Dios
resucitará primero a los muertos en Cristo, y después “los que estemos vivos,
los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para
encontrarnos con el Señor en el aire”. Será el momento del Rapto, del
Arrebatamiento, tal y como se menciona por primera vez en la primera carta a
los Tesalonicenses; el juego destaca un concepto de la escatología cristiana
que sirve de base a “Everybody’s Gone to the Rapture”, la nueva obra de The
Chinese Room tras el aclamado Dear Esther y Amnesia.
Curiosamente,
es un concepto teológico que ha servido de inspiración en bastantes juegos; el
más obvio es Bioshock: la ciudad submarina fundada por Andrew Ryan se llama
Rapture porque el magnate se veía, en el fondo, como un mesías del
anarcocapitalismo capaz de elevar a los que considerara justos a su utopía
personal. Después la misma ciudad vive su propio Arrebatamiento, y sólo quedan
en ella los habitantes más dementes convertidos en monstruosos splicers.
Éste es un
caso explícito e intencional, pero la idea de un entorno en el que toda la
gente buena ha desaparecido por alguna razón, como en la saga Arkham, es
bastante práctica: así no hay civiles inocentes a los que el héroe pueda hacer
daño.
Cuando
llegamos a Yaughton, el lugar donde transcurre “Everybody’s Gone to the
Rapture”, todo ha ocurrido ya. No sabemos qué ha ocurrido; sólo que todos han
desaparecido de repente y el pueblo se ha convertido en una especie de foto de
sí mismo, como si el tiempo simplemente se hubiese detenido: hay casas con las
puertas abiertas de par en par, el césped está recién cortado, hay vasos sin
fregar, un cenicero lleno aún humea sobre una repisa.
Según
leemos en un reportaje de la edición norteamericana de IGN, la idea del juego
viene de un inocente comentario de su director creativo, Dan Pinchbeck: “si yo
pasara [por un apocalipsis] en la vida real, en la vida sería el héroe de
mandíbula cuadrada que salvara a todo el mundo. Yo sería un montoncito de
cenizas y huesos en el suelo. Muerto”. En el juego no estamos muertos, pero la
catástrofe ya ha ocurrido y no podemos hacer nada por evitarla; sólo podemos
aspirar a desenredar la madeja, a descubrir qué ocurrió realmente en Yaughton.
Quizá por ello la obra de The Chinese Room quita toda posible agencia: sólo
podemos explorar el pueblo en busca de las esferas de luz y, a veces,
interactuar de formas muy sencillas con objetos como teléfonos o radios.
No es un
video juego
“Everybody’s
Gone to the Rapture”, no es un videojuego. Llamémosle experiencia, llamémosle
historia interactiva o llamémosle producto audiovisual que bebe las aguas del
dulce, fresco y precioso lago videojueguil, dice Inés Barriocanal en el sitio
web español IG.
“Ojalá
venga un juego de verdad, y no simplemente una historia interactiva… Que sí,
que es bonita. Qué si, que la banda sonora pone los pelos como escarpias. Que
sí, que comienza muy bien y tiene picos altos de intriga y saber hacer…pero, lo
siento, la verdad sea dicha: deja un terrible mal sabor de boca por lo que pudo
ser y no ha sido”, finaliza Barriocanal.
El título
del juego llama la atención, sin embargo, siquiera a los que no son cristianos
les satisface el juego, hay muchas críticas negativas, pero al final ninguna de
las críticas llega a la conclusión que pretendían los creadores del juego con
este título y por qué no cumplió con las expectativas. El que es cristiano y
conoce la doctrina del Arrebatamiento percibirá cómo será la reacción después
del Rapto donde desaparecerán millones de cristianos, y después con ello vendrá
la Gran Tribulación, pero en el juego no se ve eso sino un persona que trata de
desentrañar un historia de misterio de porqué desaparecieron todos en el
pueblo.
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