Unas 320
ciudades de Estados Unidos acogieron este fin de semana multitudinarias
manifestaciones, donde miles y miles de ciudadanos salieron a la calle para
mostrar su indignación contra Planned Parenthood, acusada de traficar con
órganos de bebés abortados en sus instalaciones.
Las
protestas pacíficas tuvieron lugar en los exteriores de las clínicas de esta
organización con carteles alusivos a la defensa de la vida y exigiendo retirar
la financiación pública de más de 500 millones de dólares que recibe la
multinacional estadounidense.
Bajo el
hashtag #ProtestPP, una coalición de grupos a favor de la vida convocó al Día
Nacional de Protesta ante las instalaciones de esta red de planificación
familiar en unos 47 estados.
Entre las
entidades que apoyaron dicha iniciativa, cabe destacar la participación de
Created Equal, the Pro-Life Action League, 40 Days for Life y Citizens for a
Pro-Life Society.
Planned
Parenthood administra 700 clínicas en Estados Unidos. En ellas se atienden a
2,7 millones de pacientes por año. Aproximadamente un tercio del millón de
abortos que se realizan anualmente en el país se llevan a cabo en clínicas de
la multinacional.
La imagen
de esta organización se ha visto dañada en las últimas semanas después de que
The Center for Medical Progress hiciera públicos unos vídeos en los que
aparecen algunos de sus altos ejecutivos discutiendo con un lenguaje gráfico
sobre la venta de órganos y tejidos de fetos abortados.
Además, en
las grabaciones con cámara oculta llevadas a cabo por este grupo provida, los
representantes de Planned Parenthood hablan de modificar la forma en la que
llevan a cabo las "interrupciones de los embarazos" para obtener
determinados órganos.
En Estados
Unidos tanto la venta de órganos fetales como la modificación de las técnicas
de aborto para la obtención de esos órganos están prohibidas por ley.
PERIODISTA
DIGITAL
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