Mencionar
el nombre de Satanás o del Diablo resulta escalofriante y repugnante para la
mayoría de hondureños, pero lo cierto es que miles de jovencitos y adultos
atrapados en su mundo de fantasías, alucinaciones o creencias oscuras se han
hecho tatuajes diabólicos asumiendo que el lucir estas figuras los vuelve
discípulos del mal.
En los
últimos años el uso de tatuajes ha crecido en Honduras, no solo en las maras y
pandillas, sino entre los fanáticos de las bandas de rock pesado y personas
particulares que ponen en duda la existencia de Dios.
Algunos
expertos consultados por el diario La Tribuna, explicaron que en el satanismo
existe un sinnúmero de figuras y símbolos; entre los más comunes están las
cruces invertidas, cabros, la muerte, demonios, cuervos y el mismo Lucifer o
Satanás.
Miles de
personas encuentran en el Diablo o “rey de las tinieblas”, al líder que deben
de seguir, la protección que necesitan y la apertura al conocimiento, ya que en
la Biblia se describe como el “ángel de la luz”
Para
muchos, llevar al Diablo marcado en el cuerpo significa poder y protección.
“Cuando
vayamos al infierno lo único malo es que las cervezas van estar calientes, pero
ahí sí vamos a vivir la vida loca”, expresó un jovencito, quien desde niño ha
crecido escuchando música que deja en duda la existencia de Dios.
Según los
expertos, la moda de los jovencitos es marcarse los símbolos de “La Bestia” por
desconocimiento, algunos dicen que consideran bonita una imagen, aunque otros
segados por las drogas buscan establecer una conexión con el Diablo con la
intención de encontrar poder, mostrar su rebeldía o inconformismo.
Conocimiento
“Mi pueblo
perece por falta de conocimiento”, reza el libro de Oseas, capítulo 4,
versículo 6, pasaje, utilizado por los pastores y sacerdotes para evangelizar a
su grey, y advertirles sobre algunos signos de tatuajes que son invitaciones al
mal.
Aunque
parecen inocentes figuras decorativas y hasta “sexis” para las mujeres, esas
imágenes se consideran las “llaves” que abren las puertas a lo oculto que
termina influyendo en el hogar, trabajo o relaciones personales.
Muchos grabados en el cuerpo, por inocentes que parezcan, tienen un trasfondo demoniaco, según los expertos. |
Entre
algunas de las figuras más utilizadas están el pentagrama invertido que
simboliza la estrella de la mañana, nombre que Satanás ha tomado para sí, la
utilizan los brujos en sus rituales para conjurar espíritus de maldad, asimismo
el baphomet, que es único de los satanistas o hechiceros.
El
pentagrama que representa los elementos, tierra, viento, fuego y agua, con el
espíritu rodeándolos, que es gustado por miles de tatuados, guarda los cinco
propósitos de Satanás cuando decidió planificar la gran conspiración en contra
de Dios.
En tanto el
hexagrama es uno de los símbolos más potentes usados en los poderes de las
tinieblas y en los trabajos de magia, pero los cristianos lo confunden con la
estrella de David, mientras que el ankha, se utiliza en “rituales de
fertilidad” que es igual al espíritu de unión entre lo masculino y femenino y
lo llaman “el sello de por vida”.
La cabra
cornuda es el dios de los brujos, es el modo satánico de burlarse del Cordero
(Jesús) y la calavera, que es el símbolo de la muerte, usado para maldecir,
mientras que el 666 es la marca más reconocida de “La Bestia”, del Apocalipsis
o anticristo y representa esclavitud por excelencia.
Polémica
Imágenes como esta, representando a Jesucristo derrotado por el mal son comunes entre los amantes de lo oscuro. |
Asimismo
está el cuerno italiano, que se relaciona con la buena suerte y fortuna, pero
también es usado como el “ojo del mal” y significa que Satanás tomará control
de las finanzas de la persona que lo porta.
Una de las
imágenes más polémicas que se tatúan y utilizan como collares los jovencitos y
adultos, es la cruz invertida que según la Iglesia, significa burla y rechazo a
Jesús, pero algunos lo interpretan como una admiración al sacrificio del
discípulo Pedro, que fue crucificado de cabeza.
Pero dentro
de estos signos también son comunes las representaciones de demonios, donde se
mezcla el color, la sexualidad, maldad, figuras fantasmales y espirituales muy
acopladas a la realidad y que atraen a los fanáticos del “rayado” de la piel.
En
Tegucigalpa funcionan varios estudios donde trabajan artistas y profesionales
del tatuaje, quienes aseguran que marcarse la piel es una cultura y que cada
quién se los hace de acuerdo a la interpretación o concepto que tenga de la
vida.
(LA TRIBUNA
Y CRISTIANO DIGITAL)
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