El grupo terrorista islámico Boko Haram lanzó un ataque mortal la noche del 23 de septiembre contra la comunidad cristiana de Wagga Mongoro en el condado de Madagali, estado de Adamawa.
Los insurgentes irrumpieron en la aldea alrededor de las 23:40, matando a cuatro cristianos, hiriendo a muchos otros y destruyendo viviendas, comercios y una iglesia local. El ataque sumió a la comunidad rural en el caos, y cientos de residentes se vieron obligados a huir en busca de seguridad.
Según HumAngle, los residentes identificaron a las víctimas como David Mbicho, su hijo Daniel, Jude Jacob y Omega Duda. Los atacantes también quemaron motocicletas, vehículos y varias casas. Grupos de autodefensa locales intentaron enfrentarse a los pistoleros, pero fueron rápidamente reprimidos por la superioridad de fuego de los militantes.
“El grupo estaba fuertemente armado y no había presencia de seguridad oficial, por lo que nuestro grupo de vigilantes tuvo que abandonar la lucha”, explicó un residente.
Los sobrevivientes informaron a la prensa que los agentes de seguridad no llegaron hasta la mañana del 24 de septiembre, horas después de que los militantes se hubieran retirado y los aldeanos hubieran comenzado a regresar con cautela para evaluar los daños. Los residentes declararon que, si bien las fuerzas de seguridad están desplegadas en el Área de Gobierno Local de Madagali, suelen estar estacionadas en el centro de la ciudad o en Nimankara, lo que deja a las aldeas más pequeñas, como Wagga Mongoro, altamente vulnerables a repetidos ataques.
Esta no era la primera vez que la aldea era atacada. Tan solo dos meses antes, en julio, los insurgentes asaltaron Wagga Mongoro, quemando casas y obligando a los residentes a huir a pueblos vecinos. Tras semanas de relativa calma, muchos residentes habían regresado recientemente para reconstruir cuando Boko Haram atacó de nuevo. Tras el último asalto, las familias desplazadas están abandonando la zona en masa.
“En este momento, la gente ha hecho las maletas y se va a Yola, la capital del estado de Adamawa, y a otros lugares para quedarse con sus seres queridos. Nadie quiere quedarse atrás para presenciar este tipo de incidentes de nuevo”, dijo Cyrus Ezra, un residente local.
Los repetidos ataques han agravado la crisis humanitaria en Adamawa. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que la violencia de Boko Haram ha desplazado a más de 200.000 personas en el estado, la mayoría de las cuales provienen de las áreas de gobierno local de Michika y Madagali. Muchas de estas familias desplazadas son cristianas que viven en campamentos superpoblados o con familiares, con dificultades para acceder a alimentos, atención médica y educación.
Mientras Boko Haram continúa su campaña de violencia contra las comunidades cristianas en el noreste de Nigeria, los residentes de Wagga Mongoro piden mayor protección y una presencia de seguridad constante para evitar más derramamiento de sangre.
“Tenemos miedo”, dijo Ezra. “Nuestra mayor necesidad ahora mismo es la seguridad. Algunos no queremos salir de casa”.
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