Un académico de la Universidad de
Birmingham ha traducido al inglés la primera interpretación en latín de los
Evangelios, perdida hace más de 1.500 años.
La primera interpretación en latín de los
Evangelios, perdida hace más de 1.500 años, ha sido redescubierta y traducida,
por primera vez, al inglés. El extraordinario hallazgo, una obra escrita por el
obispo italiano Fortunatianus de Aquileia, se remonta a mediados del siglo IV.
El texto es de particular importancia,
según informa la Universidad de Birmingham (Reino Unido) en un comunicado, ya
que es anterior a la Vulgata, la primera traducción de la Biblia hebrea y
griega al latín, realizada por San Jerónimo a finales de ese mismo siglo para
cumplir con un encargo del Papa Dámaso I.
Tras completar su trabajo de traducción, el
académico Hugh Houghton, ha sugerido que los lectores no deberían interpretar
la Biblia literalmente, ya que los primeros estudiosos bíblicos no veían los
Evangelios como una historia, sino como una serie de mensajes codificados que
representaban elementos claves del cristianismo, según recoge 'The Telegraph'.
Un enfoque que difiere de las
tendencias actuales
Para Houghton, este es un enfoque que los
cristianos modernos podrían aprender. "Se ha asumido que es un registro
literal de la verdad. Muchos de los primeros estudiosos se preocuparon por las
incongruencias entre Mateo y Lucas, por ejemplo, pero para la gente que
enseñaba la Biblia en el siglo IV, lo importante no es el significado literal,
sino cómo se lee alegóricamente", ha explicado.
Esta visión de los Evangelios difiere de la
tendencia adoptada por los cristianos modernos y fundamentalistas, que
consideran que la Biblia es la palabra literal de Dios y que no está abierta a
la interpretación. Bajo esta tesis, el cristianismo ha alimentado durante
siglos creencias tales como que la tierra tiene 6.000 años de edad y fue creada
en siete días.
El documento, de 100 páginas, examina en
profundidad el Evangelio según San Mateo y también parte de los Evangelios
según San Lucas y San Juan. Había estado oculto durante 1.500 años dentro de un
manuscrito anónimo en la Biblioteca de la Catedral de Colonia, hasta que fue
digitalizado por la Universidad de Salzburgo en 2012. Sin embargo, permaneció
sin traducir hasta que otro académico austriaco lo encontró y le habló a
Houghton sobre el hallazgo.
Los investigadores consideran que el texto
fue copiado por algún erudito alrededor del año 800, es decir, más de 400 años
después de que el documento original fuese escrito. El texto traducido por el
académico de la Universidad de Birmingham, del departamento de Teología y
Religión, será publicado esta semana junto al documento en latín.
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