RIES | La
Policía de Angola ha negado el pasado 22 de abril las informaciones sobre la
masacre de unos 200 integrantes de una secta en la provincia de Huambo (centro
del país), si bien ha reconocido que 22 personas, entre ellas nueve policías,
murieron en los enfrentamientos, tal como informa la agencia Europa Press.
“Los trece
muertos eran francotiradores, miembros del equipo de seguridad de (Jose Julino)
Kalupeteka –líder de la Iglesia del Séptimo Día de la Luz en el Mundo, en la
foto superior– que tenían la intención de desestabilizar la operación (de
captura del propio Kalupeteka)”, ha dicho el portavoz de la Policía, Paulo
Gaspar de Almeida.
En sus
declaraciones, publicadas por la agencia angoleña de noticias Angop, De Almeida
ha aplaudido la “profesionalidad” de los nueve policías muertos en los
enfrentamientos, que tuvieron lugar la semana pasada.
El portavoz
policial ha salido así al paso de las acusaciones del partido opositor UNITA,
que ha acusado a las fuerzas de seguridad de masacrar a los seguidores de la
secta en venganza por la muerte de los agentes.
Kalupeteka,
que creó la secta hace catorce años tras ser expulsado de la Iglesia Adventista
del Séptimo Día, cuenta con miles de seguidores en todo el país. El líder de la
secta predica que el mundo acabará en 2015 y pide a sus seguidores que
abandonen sus pertenencias y acudan a campamentos de retiro en las montañas.
La
consideran “amenaza para la paz”
Por otro
lado, el presidente angoleño, José Eduardo dos Santos, calificó el pasado 21 de
abril de amenaza para la paz nacional a los adeptos de la secta. Un grupo que,
escindido de los Adventistas del Séptimo Día, formuló un método propio con base
en el fanatismo religioso, en el odio en lugar del amor al prójimo, tal como
indicó Dos Santos en un mensaje transmitido a la población. Lo leemos en una
noticia de Prensa Latina.
Esa doctrina,
señala el mandatario angoleño, fomenta la desintegración de la sociedad y
separación de las familias, estimula el pecado contra los valores, principios
morales y cívicos, y las costumbres y tradiciones del pueblo angoleño. Esto es
en realidad, agrega, un atentado contra la vida y el bienestar de las personas
que se ven privados de abrigo, de asistencia médica y condiciones para la
educación de sus hijos.
Los 9
agentes del orden perdieron la vida cuando cumplían una orden de detención
emitida por la Fiscalía contra un miembro de esa comunidad y fueron
sorprendidos por sujetos vinculados a la secta que dispararon
indiscriminadamente contra los gendarmes.
Para Dos
Santos, la reacción violenta del jefe de esa secta y sus colaboradores
“demuestra que estamos delante de individuos peligrosos que deben ser todos
rápidamente capturados y entregados a la justicia”.
La acción
de los órganos de defensa, seguridad y orden interno continuará con el mismo
vigor para desmantelar completamente esta secta y en ese sentido se reclama el
apoyo y cooperación de toda la población, puntualiza el jefe de Estado.
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