ABC | La
malaria es una de las enfermedades con mayor índice de mortalidad en el mundo:
aproximadamente 600.000 muertes al año y cerca de 200 millones de casos
clínicos. «Se puede decir que cerca de la mitad de la población mundial, 3.300
millones de personas, está en riesgo de contraer paludismo.
El mal que
transmite el mosquito Anofeles es curable y erradicable. Los más optimistas,
como el español Pedro Alonso, al frente de la lucha contra la enfermedad desde
la Organización Mundial de la Salud (OMS), apuestan por una fecha no lejana:
2020», asegura la organización Medicusmundi, en un comunicado.
A propósito
del Día Internacional de la lucha contra la Malaria, celebrado este jueves,
Medicusmundi recuerda que se calcula que los esfuerzos mundiales por controlar
y eliminar el paludismo han salvado 4,3 millones de vidas desde el año 2000, al
reducirse las tasas de mortalidad en un 47% en todo el mundo. Y en un 54% en
África, que registra el 80% de todos los casos del planeta.
Sin
embargo, la organización advierte que la enfermedad continúa cobrando vidas, y
mata a un niño cada minuto en el mundo. La malaria se ceba especialmente con
las mujeres embarazadas y los niños menores de cinco años, cuyo porcentaje de
mortandad se estima en el 78%, indica Medicusmundi.
Metas
de la comunidad internacional
Pero el
control de la enfermedad aún está lejos de la meta que la comunidad
internacional se puso en la Asamblea Mundial de la OMS en 2000 (75% para el año
2015). «Si escrutamos los datos a nivel mundial vemos que sólo 59 de los 103
países que en el año 2000 tenían una transmisión activa de malaria están
alcanzando el Objetivo del Milenio de reducir su incidencia. Estos 59
representan apenas un 4% del total de los casos mundiales», señala el
comunicado de Medicusmundi.
Pese a
estos avances, 44 países quedan fuera de esta meta. La organización
Medicusmundi alerta sobre la ralentización producida entre 2011 y 2012 en la
tasa de mortalidad. «Lo mismo sucede con la financiación de los programas de la
lucha contra la malaria. Esta desaceleración es preocupante dado que nunca se
ha alcanzado una financiación suficiente (los expertos la cifran en 5.100
millones de dólares)», agregan.
En 2012 se
aportaron 2.500 millones de dólares, menos de la mitad de lo necesario. Pero
millones de personas no tienen todavía acceso a las medidas preventivas
terapéuticas y de diagnóstico. En estos 44 países los datos generados en los
sistemas nacionales de información sanitaria siguen siendo incompletos o
incoherentes por falta de recursos, según Medicusmundi.
El
diagnóstico del mal
En 2012 los
sistemas de información sanitaria de rutina detectaron sólo el 14% de los casos
de paludismo en el mundo: el diagnóstico de la malaria (fiebre alta, dolor
muscular y vómitos) se realizaba a través de la clínica y no por laboratorio,
cuando la diagnosis de esta enfermedad se puede confundir con otras patologías.
«Esto obliga a trabajar con estimaciones, lo que no deja de ser un riesgo»,
indica Medicusmundi. Para la orgnización otro aspecto preocupante es que el 76%
de esos 2.500 millones fue aportado por la ayuda internacional, lo que supone
«una dependencia externa casi total por parte de los países afectados, lo que
genera que no puedan liderar la toma de decisiones, y que se establezcan
programas verticales fuera del control del ministerio de salud».
El
continente africano, sobre todo en los países de ingresos más bajos, es el más
castigado por el mosquito Anopheles. El parásito Plasmodium falciparun, que
transmite con su picadura, es el responsable del 92% de todas las muertes en
poblaciones pobres y marginadas.
La
mosquitera con insecticida
El arma más
efectiva en la lucha contra la malaria sigue siendo el mosquitero tratado con
insecticida o MIT. El 2014 fue el año de entrega más voluminosa hasta el
momento, con acceso a casi la mitad de la población en riesgo, frente al 2% del
2004. En cuanto a las mujeres embarazadas que reciben un tratamiento preventivo
intermitente ha ido aumentando sin llegar a los objetivos, pero al menos el 57%
recibe mínimo una dosis.
El rociado
residual intradomiciliario, sin embargo, disminuyó. Sólo se protegió con esta
profilaxis al 7% de la población en riesgo. Paralelamente, el mosquito ha ido
desarrollando una resistencia a los insecticidas, sobre todo a los piretroides
(el más usado en el control de la malaria), así como a los tratamientos
antimaláricos. El parásito Plasmodium falciparum se ha vuelto resistente a la
Artemisinina y a la mayoría de los tratamientos antimaláricos disponibles en
Camboya, Myanmar, Laos, Tailandia y Vietnam.
Una campaña en redes sociales
Este
jueves, Día Mundial de la Malaria, se realiza una campaña por las redes
sociales para sensibilizar a la población mundial sobre el impacto de la
enfermedad. Algunos de los mensajes que se divulgarán a través de Twitter son
los siguientes:«¡Más de 4,3 millones de vidas salvadas por malaria desde 2000!
Debemos acelerar el progreso ahora a #DefeatMalaria o nos arriesgamos a perder
lo ganado #DíaMundialMalaria», o «55 países están en el camino de reducir los
casos de malaria en un 75 %, 26 de ellos están trabajando para eliminar la
enfermedad totalmente. Podemos #DefeatMalaria».
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