KATMANDÚ |
AFP| . Los socorristas intentaban este domingo encontrar supervivientes del
terremoto de magnitud 7,8 que sacudió Nepal y que ha dejado más de 2.200
muertos, mientras varios países anunciaron el envío de ayuda económica y de
equipos de rescate.
En la mañana
del domingo nuevas réplicas golpearon el país, entre ellas una de magnitud 6,7.
En Katmandú, la capital, la gente pasó la noche a la intemperie o en tiendas de
campaña.
El portavoz
de la policía nacional Kamal Singh Ban dijo que en Nepal el balance de muertos
alcanzaba las 2.152 personas, mientras que 4.629 habrían resultado heridas. Un
anterior balance daba cuenta de 1.953 fallecidos.
En India,
las autoridades estiman en 57 el total de fallecidos, contra un balance
anterior de 53. La televisión estatal china afirmó por su parte que 17 personas
murieron en la región del Tíbet.
El sismo es
el peor terremoto que ha golpeado Nepal en 80 años y el balance de muertos
podría ser aún peor, indicó el sábado a la AFP un responsable de la oenegé
Médicos del Mundo, quien dijo que las organizaciones humanitarias tienen
dificultades para “evaluar la magnitud de la catástrofe” .
Estados
Unidos anunció el envío de equipos de socorro y el desbloqueo de un primer
envío de un millón de dólares.
Expertos de
la Unión Europea viajarán a la zona afectada y Berlín, Londres, París y Madrid
prometieron ayudas, mientras que Noruega anunció por su parte el desbloqueo de
3,5 millones de euros.
India
evacuó a sus ciudadanos varados en aviones militares mientras que 62 equipos de
rescate chinos llegaron al área con perros entrenados.
“Hemos
desplegado todos nuestros recursos para la búsqueda y el rescate” , dijo a la
AFP el portavoz de la policía nacional de Nepal, Kamal Singh Bam. “Enviamos
helicópteros a las áreas remotas. Estamos buscando entre los escombros de los
edificios colapsados para ver si podemos encontrar a alguien”.
En el
Everest, donde el terremoto desató un alud que dejó al menos 18 muertos, seis
helicópteros evacuaron a los heridos que estaban en el campo base, situado a
unos 5.000 metros de altura. Tras la avalancha, que ocurrió casi un año después
del desastre en el que murieron 16 sherpas el año pasado, la temporada de
ascenso fue cancelada.
El portavoz
del Departamento de Turismo, Tulsi Gautam, informó que hay 61 heridos.
“No sabemos
sus nacionalidades, pero la mayoría de ellos serían extranjeros” , informó a la
AFP Ang Tshering Sherpa, presidente de la asociación nepalí de montañismo,
quien dijo que en el momento del sismo había unas 800 personas en el campamento.
HOSPITALES
LLENOS
En
Katmandú, centenares de edificios se hundieron. La histórica torre Dharahara,
una de las mayores atracciones turísticas de la ciudad, no resistió las
sacudidas y sus nueve pisos se vinieron abajo dejando un montón de escombros.
Durante la
noche, las continuas réplicas siguieron golpeando la capital nepalí.
“No pudimos
dormir en toda la noche. ¿Cómo podríamos haber dormido? El suelo no paraba de
temblar. Solo nos queda rezar para que este se termine y podamos entrar a
nuestras casas”, dijo Nina Shrestha, un joven que trabaja en el sector de las
finanzas.
Los
hospitales estaban llenos de heridos, la mayoría con fracturas múltiples y
traumatismos. Muchos médicos atendían a los afectados en tiendas de campaña
anexas, debido a la gran cantidad de ingresados en el centro, pero también
porque muchas personas tenían miedo de entrar al edificio.
El sismo
cortó las autopistas de la capital y provocó daños en el aeropuerto
internacional, que tuvo que cerrar “por motivos de seguridad”.
Las
comunicaciones, la electricidad y el agua corriente han quedado cortadas,
indicó la ONG Oxfam, que “se prepara a llevar agua potable y artículos de
primera necesidad” , según la directora de su oficina en Nepal, Cecilia Keizer.
Según el
pronóstico meteorológico, este domingo habrá lluvia en Katmandú, lo que
complicará la situación de los damnificados.
“CREÍ QUE
ESTABA MUERTO”
El
ejecutivo de Google Dan Fredinburg fue uno de los montañistas cuya muerte se
confirmó en el alud del Everest.
George
Foulsham, biólogo marino residente en Singapur, recordó el momento en que fue
derribado por lo que describió como “un edificio blanco de 50 pisos”.
“Corrí pero
me tumbó la nieve. Intenté levantarme pero me tumbó otra vez. No podía
respirar, pensé que estaba muerto”, explicó a AFP.
“Cuando al
final conseguí levantarme, no podía creer que había salido indemne de lo que se
me vino encima”, agregó.
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