JAR
escribió un artículo titulado "Humildad Teológica", en el que afirma
que es imposible comprobar con "absoluta certeza" que la Biblia es la
palabra de Dios.
A continuación, lo que JAR escribió:
Me gusta la
honestidad de los agnósticos, aprecio su humildad epistemológica. Un agnóstico
no descarta ni acepta creencias religiosas, simplemente toma una postura
neutral porque reconoce los límites del conocimiento humano en el tema de Dios
y la religión.
Los
cristianos (teístas) tenemos mucho que aprender de los agnósticos. En un mundo
en el que la certeza teológica nos ha vuelto orgullosos, nos haría bien un
toque de realidad; No todo lo que creemos puede comprobarse con absoluta
certeza.
Aunque creo
y afirmo que el cristianismo es una fe racional con argumentos sanos e
inteligentes, reconozco que algunas de mis convicciones se derivan más de fe
que de certeza intelectual. Por ejemplo, no tengo problemas en afirmar que la
Biblia es la palabra de Dios y la autoridad final en asuntos de fe y práctica,
pero si soy honesto debo reconocer que hay huecos en los argumentos a favor de
esta verdad, y para aceptarla, en algún momento de mi formación espiritual tuve
que tomar un paso de fe.
¿Cómo compruebo
que los 70 traductores de la septuaginta fueron inspirados por el Espíritu
Santo para traducir de la manera correcta, agregar nuevos libros o partes de
algunos libros al canon del antiguo testamento?
¿Cómo
compruebo que el canon de las escrituras es absolutamente correcto y que los
hombres asignados a este trabajo escogieron, dirigidos por el Espíritu Santo,
la lista de los libros que compondrían la Biblia? ¿Cómo compruebo que fueron
inspirados por el Espíritu Santo para determinar la canonicidad de ciertos
libros y la apocrificidad de otros?
¿Cómo
compruebo que el canon de la Biblia protestante es el correcto cuando el mismo
Martín Lutero tenía problemas con algunos libros que ahora son parte del canon
bíblico, y cuestionaba que libros como el de Ester, Hebreos y Santiago, entre
otros, fueran inspirados por el Espíritu Santo?
Por
supuesto que he leído todos los argumentos a favor de la autoridad de la Biblia
y estoy de acuerdo con ellos; las profecías cumplidas, los pergaminos que
respaldan lo que tenemos escrito, las evidencias históricas y geográficas, la
consistencia literaria, la sobre-vivencia de la Biblia al escrutinio de los
siglos y a los constantes ataques que ha recibido, etc. Pero después de todos
los argumentos, debo ser honesto y aceptar que no puedo comprobar con “absoluta
certeza” que la Biblia es la palabra de Dios.
Lo
interesante de esto es que aunque no pueda comprobarlo, yo, junto a la mayoría
de cristianos a través de los siglos, hemos estado dispuestos a morir por esta
verdad. Tenemos la absoluta certeza que la Biblia es inspirada por Dios, pero
más que certeza intelectual, esta certeza se deriva de algo más personal; FE.
En mi vida
he comprobado que las palabras de este libro son verdad y son vida. Sus
consejos me han llevado a encontrar la llave para entrar a una vida plena y
productiva.
Al final de
todos los argumentos, la única “verdad” a la que nos podemos aferrar con
certeza es la verdad de nuestra fe.
Por
supuesto que no es una fe ciega, es una fe que lucha y que cuestiona.
La
verdadera fe no puede existir a parte de la duda. Cuando dejamos de cuestionar
dejamos de aprender y hacemos de nuestra fe algo débil, algo que los demás no
pueden tomar en serio.
Un poco de
humildad teológica nos hará testigos más honestos y nos dará más credibilidad
en un mundo que desesperadamente busca respuestas.
http://webjuegosandroid.blogspot.com/2015/07/los-10-paises-con-las-mayores-reservas.html
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