En 2011, el
equipo de fútbol femenino de Estados Unidos perdió la Copa del Mundo de Japón
en los penaltis. Cuatro años más tarde, los mismos equipos volvieron a disputar
un título mundial. Esta vez, el resultado fue muy diferente.
Después de
16 años sin obtener la Copa Mundial Femenina de la FIFA, el equipo de Estados
Unidos ganó la final, disputado en Canadá, con un partido histórico. Una media
de 25.4 millones de telespectadores estadounidenses vieron en FOX la victoria
de su selección por 5-2 ante Japón; esta cifra supone un nuevo récord absoluto
en retransmisiones de partidos de fútbol por televisión en EEUU.
De este
modo, se bate el récord anterior establecido en EEUU-Portugal de la Copa
Mundial de la FIFA Brasil 2014™, y también se supera la marca en fútbol
femenino alcanzada en la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ de 1999.
Además, esta cifra queda también por encima de las audiencias registradas en
los partidos de la final de la NBA.
Dentro de
terreno de juego la mayoría de las jugadoras parecen tomar en serio la
recomendación del apóstol Pablo “si coméis o bebéis, o hacéis otra cosa,
hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).
En las
redes sociales y en las entrevistas, varias atletas expresaron su fe y gratitud
a Dios. Pero dos de ellas se destacaron por sus declaraciones.
La
centrocampista Tobin Heath aprovechó una jugada en la zona para hacer el quinto
gol. Ella es una de las más fervorosas cristianas y declaró en una entrevista
para la Beliefnet: ‘Yo jugué para glorificar a Jesús’.
Aunque la
FIFA les ha prohibido a los cristianos atletas proclamar su fe en el campo, el
Internet ha sido una herramienta proclamarlo. Heath fue dos veces medallista de
oro olímpico y ahora es campeona del mundo. Sus cuentas en las redes sociales
como Twitter e Instagram están llenas de versos y luego que gana es común
escribir para ella: “Gracias Señor”.
El fútbol
en los Estados Unidos es mucho más popular entre las mujeres que entre los
hombres, así que la declaración de Heath tiene un gran impacto.
No es tan
rica o tan famosa como Messi, Neymar o Cristiano Ronaldo, pero su actitud fuera
del campo es notable. Dice que quiere ser ejemplo que puedan seguir los jóvenes
atletas. “Yo veo eso [fútbol] como una plataforma donde se puede propagar a
otros el amor de Jesús. Eso es lo que quiero”, dijo ella.
“Ser
conocida o famosa no es lo que me motiva a trabajar duro. Quiero ser lo mejor
que puedo ser para Jesús. Es por eso que juego. Juego para glorificarlo”.
Aclara:
“Agradezco a Dios por todo. No sólo por los resultados mundanas en términos de
ganar o perder”, dice ella afirmando que quiere ser un instrumento divino para
mostrarle al mundo, “como él transformó mi vida y cómo me dio un propósito y
significado, amor y satisfacción”.
Otra
jugadora que le gusta hablar de su fe es Lauren Holiday, una de las estrellas
de la selección campeona. Ella es bien conocida por su actuación en la Liga
Femenina de Estados Unidos. También ganó dos medallas de oro en los Juegos
Olímpicos y fue parte del equipo que perdió en 2011. El año pasado fue elegido
como la Atleta del Año de la Liga.
El sitio
Christian Today, dice que ella afirmó que eso está bien, pero aclara: “Para mí,
el éxito no es lo mejor que me puede suceder, lo más maravilloso es recibir el
amor de Jesús… cuando estoy en el campo puedo jugar libremente, ya no tengo de
qué preocuparme, si voy a hacer un gol o dar un pase mal, porque mi éxito no
está determinado por eso, sino por Cristo”.
Ella explica
que, obviamente, le gusta ganar, pero puede seguir a Jesús sin importar el
resultado. Así como Heath, ella dice que fue bendecida con un propósito. “Dios
me bendijo abundantemente con la posibilidad de jugar al fútbol. Cada vez que
voy al campo, sé que a través de mis esfuerzos yo lo estoy glorificando. Él me
dio esta etapa en el mundo para compartir su Evangelio, y eso es lo que espero
hacer”.
Fuente:
Noticia Cristiana
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