Un
peligroso delincuente de quien se dice logró “blindar” su cuerpo contra el
impacto de balas, tras haberse “tragado” siete salmos de la Biblia, es buscado
por las autoridades policiales del oriente venezolano.
“Se trata
de Carlos Cruz, acusado de haber violado a tres menores de edad, luego de haber
pagado condena en la cárcel de Tocorón, por otro caso de violación a dos
menorcitas”, dijo a Notimex José García, expresidiario y amigo del prófugo en
cuestión.
García
relató que fue compañero de celda de Cruz, en Tocorón, “un indiecito a quienes
los reclusos apodaban ‘pelaíto’ y el que siempre andaba metido en las trifulcas
o coliseos (peleas a cuchillo) que se presentaban dentro del penal, pero nunca
salía herido”.
Agregó que
una noche lo vio descompaginar la Biblia que siempre cargaba debajo del brazo y
que frente a él se “tragó” siete salmos del Nuevo Testamento, “que para blindar
su cuerpo contra las balas de los policías y la de los otros internos”.
“Antes de
que me concedieran la libertad yo le aconsejé que nunca más volviera a cometer
esos actos contra las niñas, porque lo podrían hasta matar y él me contestó que
no le importaba, que él comía gallina o moría arponeado, y que no me preocupara
que estaba ‘blindado’”.
García
piensa que en realidad es así, ya que le han contado que los policías lo han
tenido a menos de seis metros de distancia y no logran impactarlo, pese a la
orden que tienen los funcionarios de “sacarlo de circulación”.
“Un policía
de Guatire, localidad vecina a Caracas, le contó a un compadre mío que le había
disparado dos veces por la espalda y de cerquita, cuando se encontraba
comiéndose una empanada, pero que los proyectiles rebotaron en su cuerpo como
si nada, por lo que huyó”.
Un agente
del orden público, que pidió omitir su nombre por razones obvias, refirió a
Notimex que formó parte de una comisión que andaba tras su captura y que cuando
vecinos informaron haberlo visto, todos los integrantes corrieron hacia allá.
“Le tiramos
una emboscada al ‘bichito’ (rufían), descargamos nuestras armas en un perímetro
más o menos 50 metros y en la escaramuza el hombre salió corriendo e ileso, por
lo que todos llegamos a la conclusión de que portaba un chaleco antibalas”,
dijo.
Sin
embargo, García, quien fue su compañero de prisión, no comparte esa hipótesis
policial y está convencido de que la invulnerabilidad del delincuente está
asociada a la ingesta que hizo de siete salmos de la Biblia. “Lo que sí no sé
es cuáles fueron estos”, dijo García finalmente.
Cristiano
Digital
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