RT | El
riesgo de que la costa noroeste de Amérina de Norte sufra un grave terremoto es
más alto de lo que se creía, según un estudio sismológico. La única cuestión es
saber cuándo ocurrirá este desastre natural.
La
presencia al norte de San Andrés de una línea de falla conocida como la zona de
subducción de Cascadia, convierte a la costa noroeste de EE.UU. en una zona de
riesgo elevado de terremoto, según los estudios de sismólogos, informa 'The New
Yorker'.
La zona, de
una longuitud de 1.126 kilómetros, se extiende por la costa del noroeste del
Pacífico, desde el cabo Mendocino, California, hasta alrededor de la isla de
Vancouver, Canadá, pasando a lo largo de Oregón y Washington. La zona Cascadia
pertenece a la Cordillera de las Cascadas, una cadena de montañas volcánicas.
El término 'zona de subducción' designa una región del planeta donde una placa
tectónica se desliza debajo otra.
La zona al
noroeste del Pacífico, al oeste de la Interestatal 5, abarca unos 225.308
kilómetros cuadrados, incluyendo Seattle, Tacoma, Portland, Eugene, Salem (la
capital de Oregón), Olimpia (la capital de Washington), y unos siete millones
de personas. Cuando ocurra la próxima fisura, esa región sufrirá el peor
desastre natural en la historia de Norteamérica, advierten los sismólogos.
Gracias al
estudio realizado por Chris Golfinger y su equipo, ahora sabemos que el
noroeste del Pacífico no es tan tranquilo como se creía y que ha experimentado
cuarenta y un sismos de la zona de subducción en los últimos 10.000 años. En
Cascadia el intervalo de recurrencia, es decir, el tiempo promedio entre
terremotos, es de 243 años.
La primera
señal del eventual terremoto en Cascadia vendría dada por una onda
longitudinal, que irradia hacia el exterior de la línea de falla. Las ondas
longitudinales son de alta frecuencia y viajan suficientemente rápido para ser
detectadas por sensores de treinta a noventa segundos por delante de otras
ondas sísmicas.
Este tiempo
es suficiente para que se pongan en funcionamiento los sistemas de alerta
temprana de terremotos. Sin embargo, el noroeste del Pacífico no cuenta con
este sistema.
Poco
después del temblor, se producirá un fallo en la red eléctrica que afectaría a
todo el oeste de las Cascadas y posiblemente más allá. El sismo podría
afectar a millones de edificios.
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