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jueves, 28 de mayo de 2015

“La ciencia permite pensar que una de las explicaciones al enigma del universo es Dios”

Javier Monserrat, jesuita y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.

Dios, el bosón de Higgs, el cerebro, el Papa, la modernidad, el ateísmo y el cristianismo se entretejen en el discurso de Javier Monserrat, profesor especializado en epistemología, ciencia de la visión, filosofía social, filosofía de la religión y teología, que insiste en que ser religioso "no mueve a aislarse de la ciencia sino a entenderla como un modo de comprender lo que es el hombre, el universo y Dios".


¿Los científicos ateos han sustituido a Dios por una molécula?

Hay científicos ateos que lo que han hecho ha sido sustituir a Dios por un universo autónomo y suficiente en sí mismo para mantener su propia realidad eternamente en el tiempo. Para estos no es que la verdad sea una molécula, la verdad es el universo, que genera la vida y lo genera todo.

¿Para ellos Dios es el universo?

Sí, pero un universo entendido como el puro mundo sin Dios.

¿Son los nuevos sacerdotes de la edad moderna?

Para los que de alguna manera aceptan esta imagen del universo sin Dios, los científicos son algo así como un mago, una especie de genio que está transformando la realidad. Para algunos la ciencia es el instrumento que nos va a dar la eternidad.

¿Cuanta más ciencia menos Dios?

Esto es lo que pensaban muchos en el siglo XIX y hoy todavía hay gente que lo sigue pensando. En mi opinión, la ciencia ha evolucionado en los dos últimos tercios del siglo XX y ya no se separa de Dios sino que se abre a Dios de una manera distinta.

Ahora llega el reverso de la pregunta. ¿Cuanta más religión menos ciencia?

Así ha sido en siglos anteriores. Para muchos religiosos la ciencia ha sido el ogro, el genio maligno que viene detrás de nosotros, que nos quiere eliminar de la existencia y de la cultura. Es un hecho histórico que para muchos hablar de religión supone ir en contra de la ciencia, pero también es verdad que grandes teólogos y pensadores ya se han dado cuenta de que se está produciendo un cambio en la ciencia.

¿En qué consiste este cambio?

En que la ciencia permite hablar de una imagen del universo, de la materia, de la vida y del hombre que, cuando es pensada por la filosofía, no está cerrada a lo religioso sino que deja abierta la hipótesis de Dios. Ser religioso no mueve a aislarse de la ciencia, sino más bien lleva a entenderla y usarla como un modo de comprender con profundidad lo que es el hombre, el universo y Dios. El razonamiento sobre los resultados de la ciencia no lleva necesariamente a Dios, puede conducir a una hipótesis sin él, pero también es verdad que la ciencia actual permite pensar que el universo es un enigma y que una de sus posibles explicaciones podría ser un ser como eso que hemos llamado Dios.

¿Qué enigma no podemos desentrañar?

El enigma básico del universo es lo que constituye su verdad última.

¿Y cuál es la verdad?

La gran cuestión que siempre se ha planteado es si el universo es un ser que llamamos Dios, que es su fundamento y origen, o si se trata de un sistema que se mantiene a sí mismo de una manera eterna, por tanto sin haber comenzado. La verdad del universo podría ser Dios o un puro mundo sin Dios. Este es el gran enigma, nos encontramos con algo que está ahí: no podemos dudar de que existe el universo y tiene que poderse explicar a sí mismo.

¿No cree que sin religiones la ciencia habría avanzado más?

Desde el punto de vista histórico esto no se puede mantener. De hecho, muchas religiones históricas, no solo el cristianismo, favorecieron muchísimo la investigación científica. El mismo Islam, no el de ahora sino el de siglos anteriores, se preocupaba por la ciencia y la amaba. Es cierto que ha habido fanatismos, pero las religiones no han sido enemigas de los científicos.

"La religión satisface los intereses humanos"

¿Nos inventamos la religión para tener un asidero en la vida?
Es así. Nosotros somos religiosos porque la religión satisface los intereses humanos, eso es innegable. El gran problema es saber si el hombre que cree en Dios y se abre a estas ideas que podrían llenar su esperanza de futuro lo hace de una manera irracional, sin fundamento, que es lo que dicen los ateos dogmáticos.


¿Qué responden los cristianos?
Lo que los cristianos pensamos es que el hombre se abre a esta esperanza religiosa porque tiene un fundamento racional, no se abre por las buenas como una pura evasión de la realidad.

Entonces, ¿el hombre no ha creado a Dios?
No lo ha creado. El hombre ha construido una idea de Dios con su razón y sus emociones, pero esta idea la construye a partir de sí mismo, del cosmos, de la realidad y también, como decimos los cristianos, a partir de una apelación interior de Dios que es su presencia en todos los hombres. El hombre ha construido la idea de Dios, pero es una idea verosímil y con sentido.

¿Es como si tuviéramos un gen divino?

Hoy en día se habla mucho de esto pero no es así. Lo que dice la ciencia es que el hombre prehistórico, probablemente movido por un deseo de plenitud o ante la angustia de la muerte, ha experimentado impulsos religiosos que han producido en el cerebro humano una serie de zonas donde las interacciones neuronales generan la idea de Dios y los sentimientos religiosos.

Pero esto significa...

¿Esto significa que Dios existe? No. ¿Significa que Dios no existe? Tampoco. Hoy se sabe que en los casos de epilepsia, por ejemplo, se produce en los lóbulos temporales una hiperactivación de estas zonas que puede dar lugar a lo que se llama hiperreligiosidad o hiperfilosofemia. Santa Teresa tenía una gran predisposición a la epilepsia y por tanto probablemente tenía hiperexcitadas esas partes religiosas, lo que no dice nada en contra de ella, sino que es un hecho. La cuestión es si el hombre construyó correctamente esta idea de Dios.

¿En un colegio se puede evaluar la fe?
Es imposible. La fe es algo subjetivo, personal, existencial, no se puede evaluar. Si se habla de religión, en un colegio tiene que haber asignaturas que no sean de creencias religiosas sino materias objetivas, históricas, sobre los fenómenos religiosos, porque nadie puede poner en duda que son muy importantes.De la misma manera que se estudia la ciencia política y la historia del arte, también tiene sentido que se estudie el hecho religioso.

¿Es compatible que un niño estudie en la clase de ciencias el Big Bang y en la de religión que Dios ha creado el universo?
La pregunta que me hace usted parece dar a entender que el Big Bang excluye la existencia de Dios.

¿No es así?
Es precisamente al revés. El Big Bang es una de las circunstancias científicas que hablan de la verosimilitud de una hipótesis religiosa, es decir, que el universo fue creado y diseñado de forma racional por una entidad que llamamos Dios y que no forma parte del universo.

¿Por qué es verosímil esta hipótesis?

Porque nadie se puede explicar cómo surge en un determinado momento esa explosión que llamamos Big Bang, que evoluciona en el tiempo hasta llegar a nosotros y que, como todo parece indicar, acabará diluyéndose en una muerte energética de tal manera que el universo desaparezca.Esto es inverosímil y para explicar este tipo de universo es necesario decir que ha surgido desde un fondo que permea todo el universo.

Un nuevo Juan XXIII

¿Ese fondo no es el campo de Higgs?

Después del hallazgo del bosón de Higgs se habla de que este campo permea totalmente el universo y también se habla del vacío cuántico o del mar de energía. Lo que hoy sabemos nos obliga a pensar que existe una metarrealidad, algo de lo cual ha surgido el universo.

¿De qué se trata?

Esa es la gran pregunta. Los teístas piensan que esta metarrealidad es un ser divino que no es parte del universo pero que lo crea desde sí mismo, por eso Dios abarca todo el universo y el universo está en Dios. Como dice San Pablo, «en él nos movemos, existimos y somos».

Usted dijo hace tres años que «para el cambio que la Iglesia necesita hace falta que aparezca un nuevo Juan XIII». ¿Ya ha aparecido?

La instalación de la Iglesia católica en lo que fue el mundo antiguo, que era teocéntrico y teocrático, se ha mantenido durante la época de la modernidad. Hoy en día hay síntomas de que la Iglesia oficial ya dice que no a algunas cosas y ha hecho matices pero claramente no sabemos dónde estamos. Da la impresión de que aún nos hallamos en el mundo antiguo. La Iglesia tiene ante sí la tarea histórica de entrar en el mundo moderno.

¿Eso cómo se hace?

Entrar en el mundo moderno significa admitir la imagen de la materia, del universo, de la vida, del hombre y de la historia que hoy en día nos da la ciencia y lo que es la cultura moderna. Dios nos ha hablado de dos maneras, por la naturaleza y en Jesús, y la naturaleza no es como dijeron los griegos, es como hoy nos dice la ciencia. El cristianismo debe interpretarse a sí mismo, es una tarea pendiente que tiene muchas resistencias pero yo creo que cuando llegue una nueva persona como fue Juan XXIII, que tenga la fuerza para hacer entrar a la Iglesia en esta situación de cambio, se habrá producido algo muy importante que los tiempos están exigiendo.

Me ha sorprendido. Yo creía que me iba a decir que ese papa es Francisco.

No sabemos. El papa Francisco está ahí, tiene un talante y un modo de ver las cosas un poco distinto de la sacralidad de antes. Es un hombre del que sobre todo dices eso, que es un hombre y esto ha producido una gran cercanía a la gente.

¿Francisco es hombre antes que Papa?

Antes era al revés, en cuanto a uno lo hacían Papa parecía que entraba en trance, pero este hombre sigue siendo el mismo. También pienso que este papado, que hasta ahora muestra un talante distinto, de momento dice muchas cosas, pero para que fructifique tendría que acabar en hechos más contundentes y en decisiones de más largo alcance, y no sabemos cuáles van a ser. Un papa que realmente convocara a la Iglesia a una reflexión para entrar en el mundo moderno sería el que necesitan los tiempos.No sé si va a ser Francisco u otro, pero llegará.


¿Para mover toda la pesada maquinaria de la Iglesia se necesita a alguien que sea más papa y menos hombre?

Para controlar el mundo cristiano y lo que es el enorme aparato de la Iglesia se necesita una persona con capacidad de gobierno, que sepa lo que hace y que cuando diga que una cosa se hace, se haga. Pero también se necesita a alguien con sensibilidad cristiana.


(EL CORREO)

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