El clérigo
chiíta jeque Nimr al-Nimr, detenido desde julio de 2012, se enfrenta la
petición de muerte por crucifixión por parte de un tribunal de Arabia Saudita
por el delito de incitación al sectarismo y traición a la patria.
El reino
musulmán sunnita wahaabita de Arabia Saudita es una monarquía teocrática
islámica en la que el Islam sunnita es la religión oficial, la ley exige que
todos los ciudadanos sauditas sean musulmanes. La libertad religiosa es
inexistente.
La práctica
pública de las religiones no-musulmanas está totalmente prohibida.
Según la
ley de Arabia Saudita, los niños de padres sauditas son considerados
musulmanes, con independencia de la provincia o de la tradición religiosa en
los que tal vez han nacido. En algunos casos, los niños criados en otros países
y en otras tradiciones religiosas que llegaron a Arabia Saudita o que fueron
llevados por sus padres a Arabia Saudita habían sido coaccionados para que se
ajusten a las normas y prácticas islámicas.
Los chiítas
sauditas no tienen permiso de publicar libros religiosos y el Ministerio de
Información de Arabia Saudita, confiscan los libros que los chiítas traen de
los países vecinos.
Un 15 por
ciento de la población de Arabia Saudíta es chiíta, pero la monarquía reinante
considera herético el chiísmo. En 1991, Abdulah bin Yibrin, delegado real para
presidir el Consejo de los Ulemas, declaró que los chiítas son “idólatras que
deberían ser exterminados”.
El 3 de
septiembre de 1992 Sadiq ´Abdul-Karim Malallah fue decapitado públicamente en
al-Qatif, en la provincia oriental de Arabia Saudita después de haber sido
declarado culpable de apostasía y blasfemia. Sadiq Malallah, un musulmán chiíta
de Arabia Saudita, fue detenido en abril de 1988 y acusado de arrojar piedras a
una patrulla de la policía.
Estuvo en
régimen de aislamiento durante largos períodos de tiempo durante sus primeros
meses en prisión y torturado antes de su primera comparecencia ante un juez en
julio de 1988.
El juez le
preguntó a convertirse del Islam chiíta al Islam sunníta wahaabita, y
supuestamente le prometió atenuar la pena si obedecía. Después de que él se
negara a hacerlo, fue trasladado a al-Mabahith al-´Amma (General de
Inteligencia) en la prisión de Dammam, donde estuvo hasta abril de 1990.
Posteriormente,
fue trasladado a al-Mabahith al-´Amma en la prisión de Riad, donde permaneció
hasta la fecha de su ejecucióntiene una minoría chiíta
Incitar al
sectarismo (dentro del Islam) es considerado traición a la patria. La apostasía
como la conversión al cristianismo se castiga con la pena de muerte por
decapitación.
Arabia
Saudita adoctrina las madrassas que se expanden por la tierra e inculca a sus
pupilos el odio a Occidente, a los judíos y a los cristianos, a los que
califica de descendiente de monos a los primeros, y de cerdos a los segundos.
(Blog de Religión
en Libertad)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.