A todos nos
sucede: de vez en cuando, nos enojamos. Estar enojado o sentir ira es sólo una
parte de la amplia gama de emociones humanas, incluidas la tristeza, la alegría
o el miedo
Algunas personas se enojan más facilmente, y con más intensidad que otras. Tal vez ante cualquier provocación contestan rápidamente, atacando verbalmente o a veces fisicamente. Pero la ira, además de impactar en otros, repercute en nuestro organismo. Por ello, hoy señalaremos algunos de losefectos de la ira en la salud.
¿Cuáles son las causas de la ira?
Las causas del enojo o la ira son complejas. Incluso hasta los investigadores y psicólogos admiten que el fenómeno no se entiende del todo. De hecho, todos los seres humanos reaccionan ante ciertos hechos desencadenantes.
La ira es una reacción límite, es la necesidad de afirmar el propio yo. Un disparador de la ira puede ser algo que molesta o irrita, a menudo el resultado de la mala conducta o de la injusticia sufrida. Pueden entrar en juego cuando uno se siente humillado, como resultado de un insulto o un gesto grosero.
Esta ira también puede ser el resultado de que una persona sienta amenazada su autoridad o su reputación. Por supuesto, los factores desencadenantes varían de persona a persona, dependiendo de la edad, sexo, cultura, educación, etc. Asimismo, factores como el estrés pueden estar vinculados a la ira.
¿Cuáles son los peligros de la ira?
Reprimir la ira hace mal a la salud psicofisica. Los problemas de salud son varios, incluyendo cuadros de depresión. Asimismo, se manifiestan daños y dolores físicos de índoles psicosomático, como úlceras y el padecimiento de fuertes dolores de cabeza y migrañas.
Hay opiniones que indican que no tirar afuera los propios sentimientos de rabia hace que éstos sigan viviendo dentro de nosotros por muchisimo tiempo. Tragarse la bronca hace mal pero a su vez gritar también. Se ha señalado que la ira puede ser mortal, ya que el continuo malestar emocional producto de los arrebatos coléricos e ira, producen problemas cardíacos, del tipo de las arritmias, que desmbocarían en preinfartos, paros cardíacos y hasta la muerte.
Explotar es bastante común, sobre todo entre las mujeres, pero generalmente no sirve para nada ya que el problema en vez de resolverse sigue y se acentúa, es decir que el sentimiento de enojopersiste por el mismo problema.
¿Cómo podemos hacer para no enojarnos?
Saber cómo controlar la ira es la clave. Si tú vives en un ambiente hostil, donde los ánimos se caldean por cuestiones triviales, afrontarás los problemas de la vida enojado. Incluso, si no puedes evitar por completo a las personas o cosas que son los factores desencadenantes, igualmente puedes aprender a controlar la forma en que reaccionas a estos factores.
Esto implica un cambio en el pensamiento. Quien por lo general tiene expectativas muy altas, tiene más problemas para controlar la ira porque cuándo algo no está a su altura puede ser fácilmente decepcionado e irritado. Para combatir esta forma de perfeccionismo es bueno saber y convencerse de que nadie es perfecto, porque si no viviremos toda la vida enojados.
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