El
temperamento y personalidad de cada niño es único. En la edad preescolar sobre
todo, se puede dar que los niños con personalidades más asertivas y dominantes
se vuelvan mandones con otros niños de su edad, exigiéndoles qué hacer en cada
juego, demandando que las cosas se hagan a su manera en juegos grupales tanto
en casa con hermanitos como con compañeritos del jardín, e incluso al pedir
cosas a sus padres.
Estos
pequeños demandantes son un desafío y nos plantean cómo ayudarlos para que
puedan socializar de modos más amenos. Veamos algunos consejos acerca de cómo
tratar con niños mandones.
Ser paciente
Una razón
por la que los niños pueden ser dominantes y mandones es porque están imitando
ese tipo de conducta. Aunque son los adultos quienes deben tomar las decisiones
en cada hogar, a veces ofrecerles pequeñas opciones o alternativas para que se
sientan más en control (como elegir en qué taza merendar, por ejemplo) les hará
sentir menos la necesidad de tener que controlar. Sé paciente e intenta guiar a
tu hijo para que aprenda a pedir las cosas con gentileza y sin forzar a los
demás a complacer, al tiempo que honras su capacidad de expresar lo que quiere
y necesita.
Pedir cambios de conducta
No temas
recordarle a tu niño de edad preescolar que debe usar sus modales cuando pide algo
a alguien, y que forzar y exigir no son conductas amables, tanto al jugar,
compartir una actividad o ante la necesidad de pedir ayuda con algo. Usar el
“por favor” nunca está de más y no debe ser olvidado.
Dar la posibilidad de elegir en algunos aspectos
Cuando les
damos a los niños la posibilidad de experimentar una pequeña sensación de
control sobre aspectos acorde a sus capacidades y edad, podemos disminuir su
necesidad de ser mandones y exigentes. Elegir entre un color u otro de remera,
o si sentarse de un lado u otro del coche al salir son pequeñas opciones que a
los niños les hace sentir la satisfacción de poder elegir dentro de un ámbito
realista y acorde.
Involucrar a sus maestros y cuidadores
Si
sospechas que la actitud mandona de tu hijo se manifiesta también el el jardín
de infantes, involucra a sus maestros para que te ayuden a monitorear la
situación y usen una estrategia similar a la tuya para guiarlo hacia modos más
amenos para relacionarse con los demás, de modo que no afecte el vínculo con
sus compañeritos.
Invertir la situación
Cuando tu
hijo comience a dar órdenes a los demás, retíralo de la situación y conversa
con él. Pregúntale qué sentiría si sus amigos le obligaran a hacer lo que ellos
quisieran, y para que vaya aprendiendo a tener registro del impacto que eso
puede tener en sus juegos.
Enseñarle cómo relacionarse
Modela
buenos modales en casa: en lugar de dar órdenes gritando cuando necesites que
ordene sus juguetes o se bañe, pídeselo con gentilieza y amabilidad. Los niños
imitan los modales que ven representados a su alrededor. Si tu hijo comienza a
dar órdenes y ser mandón, corrígelo en el momento dándole palabras alternativas
para usar.
Explicarle que a veces las cosas no salen como
queremos
Tu pequeño
deberá aprender que a veces nos toca escuchar un “no” como respuesta, y eso es
natural. Si su hermanito o el amigo no quieren jugar al juego que él propone,
pues tiene derecho a elegir otra cosa y tu pequeño debe aprender a aceptarlo.
Guíalo y recuérdale estas pautas cuando veas que las situaciones surgen antes
de que adopte una actitud mandona y controladora cuando algo no sale como él
esperaba.
Felicitarlo cuando use buenos modales
Cuando el
niño use modos apropiados para pedir algo a los demás sin ser mandón, nótalo y
hazle un comentario al respecto. Probablemente le ayudará a ir adoptando cada
vez más estas actitudes amables en lugar de querer controlar.
(Entre
Padres)
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