AFP | Una
persona murió y otras diez resultaron heridas en el centro de Birmania en unos
ataques contra la comunidad musulmana a 100 kilómetros de Rangún, informaron
las autoridades.
Hubo casas
incendiadas y ataques contra mezquitas en Oakkan, a unos 100 kilómetros al
norte de la antigua capital y pulmón económico del país. "Un hombre murió
como consecuencia de sus heridas esta mañana en el hospital", añadió un
policía de Oakkan, que dio cuenta de diez heridos.
La
violencia estalló después de que una mujer diese un empujón accidentalmente a
un monje de once años, haciendo caer el recipiente destinado a recaudar
ofrendas.
Ye Htut,
portavoz del presidente, afirmó en su página de Facebook que 77 viviendas
fueron pasto de las llamas en cuatro pueblos y 18 personas acabaron detenidas.
En Oakkan, donde se reforzó la seguridad, unos 30 comercios quedaron
destruidos.
Unos
lugareños aterrorizados explicaron que la policía estaba ausente cuando una muchedumbre
enfurecida atacó una mezquita en el pueblo de Mie Laung Sakhan.
Entre
"200 y 300 personas llegaron en motocicleta y destruyeron la mezquita.
Todos los habitantes se fueron corriendo. Teníamos miedo y no opusimos
resistencia", afirmó Soe Myint, un musulmán de la aldea de 48 años.
El edificio
religioso fue arrasado y diez casas, quemadas, constataron unos periodistas de
la AFP, que no vieron llegar a las fuerzas de seguridad hasta bastante después.
"Escuchamos rumores de que los alborotadores atacarían de nuevo esta
tarde. Amenazaron con matarnos. Nosotros también tenemos miedo", declaró
Than Soe, un budista.
En marzo,
los enfrentamientos religiosos causaron 43 muertos en Meiktila, también en el
centro del país, después de una disputa entre un comerciante musulmán y unos
clientes budistas. Se quemaron barrios enteros hasta que el ejército intervino
en virtud del estado de excepción.
Los
musulmanes de Mie Laung Sakhan intentaron camuflarse pasando desapercibidos
entre los alboratores que intentaban destruir la mezquita, contó Win Hlaing, de
60 años, que precisó que los budistas ayudaron a sus vecinos musulmanes a huir.
"Vivimos juntos mucho tiempo sin problemas", explicó. "Los
musulmanes son humanos, los budistas son humanos. Todos somos humanos. No queremos
que estas cosas ocurran".
En 2012, en
el oeste del país, se registraron enfrentamientos entre budistas de la etnia
rajine y musulmanes de la minoría apátrida de los Rohingyas que ocasionaron
unos 200 muertos y 140.000 desplazados.
Estos
acontecimientos sacaron a la luz el trasfondo islamófobo en este país de
mayoría budista, donde oficialmente el 4% de la población es musulmana.
La semana
pasada, la organización Human Rights Watch acusó a las autoridades de
"limpieza étnica" en el Estado rajine. El gobierno lo niega.
Una persona
murió y otras diez resultaron heridas en el centro de Birmania en unos ataques
contra la comunidad musulmana a 100 kilómetros de Rangún, informaron las
autoridades.
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