RT | La Wicca es una forma espiritual de estar en
paz con la naturaleza y, paradójicamente, aparte del estigma de satánicos que
rodean a los brujos, quienes creen en ella lo hacen bajo un código de ética que
prohíbe afectar negativamente a otros. El diario 'El Tiempo' analiza el
fenómeno.
"Con
lo que sí hay que tener cuidado es con las sombras que aparecen a partir del 31
de octubre, cuando llega el invierno", asegura el autodenominado experto
en fenómenos paranormales y adepto a la Wicca, Ómar Hejeile, en su entrevista
al periódico 'El Tiempo'.
Esta
religión neopagana, que tiene una fuerte relación con la magia y la brujería,
ya es reconocida oficialmente en cuatro países: Estados Unidos, Puerto Rico,
España y Portugal. La palabra Wicca tiene su origen en dos vocablos del inglés
antiguo que equivalen a witch (bruja) y wizard (hechicero), pero pese a su
reconocimiento como religión, a diferencia de otras creencias, la Wicca no basa
sus enseñanzas en un libro sagrado, tampoco venera a dioses, en cambio,
considera a la naturaleza y sus ciclos como regentes del devenir humano.
"Es
una filosofía o espiritualidad que sigue las enseñanzas de la vieja religión,
no hay bien o mal; solo un proceso estratégico de mutación de la energía",
trata de explicar su visión Ómar Hejeile.
Pero los
escépticos y la iglesia Católica ven en el neopaganismo nada más que una
manifestación de herejía. "La Wicca no es una tradición milenaria. Es un
intento por apropiar visiones románticas de la Edad Media, de los druidas y
otros cultos iniciáticos. Tratan de ser herederos de culturas antiguas, pero no
lo logran, porque no hay mucha información sobre estas", afirma Hernán
Darío Toro, fundador de la organización Escépticos Colombia. Según su opinión,
el secreto que esconden estas comunidades es saber cómo quitarles dinero a
quienes creen en ellas, afirman
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